La primera vez que se escuchó hablar de kratom fue en el siglo XIX. La literatura occidental describía que los campesinos y los trabajadores rurales de Malasia la utilizaban como un sustituto cuando el opio no estaba disponible o no era asequible.

El kratom es una planta de hoja caduca que contiene el alcaloide mitraginina, un estimulante en dosis bajas y sedante en dosis altas.

Conforma parte de la familia Rubiaceae, la misma de donde proviene la planta del café y su primera aparición fue en el Sudeste Asiático donde fue utilizada por muchos años, especialmente en Malasia y Tailandia, donde se da en mayor abundancia.

Hace algún tiempo Indonesia se dedicó a cultivarla en cantidades significativas exportándolas a Estados Unidos para su comercialización.

Las hojas verdes del kratom se pueden consumir como infusión, en cápsulas (vía oral) o también está la opción de molerlas y mezclarlas con agua.

Se estima que en EE.UU. entre tres a cinco millones de personas la consumen como alternativa a los fármacos convencionales que no han tenido efecto buscando una solución a sus problemas.

Según la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (UNODC) en su Informe Mundial sobre las Drogas 2015, una encuesta nacional de hogares realizada en Tailandia en 2007 indicó que el 0,8% de la población adulta tailandesa consume kratom habitualmente.

En EE.UU. se vendió por mucho tiempo sin mayor fiscalización, como “euforizantes legales”. Este término se emplea a las sustancias psicoactivas no reglamentadas o a productos que tienen efectos similares a las drogas sometidas a fiscalización.

Pero este viernes la Administración para el Control de Drogas (DEA, su sigla en inglés) declaró a esta planta como una droga de “tipo I”, es decir ilegal sin valor medicinal y por lo mismo prohibirá temporalmente su consumo individualmente o combinado con alcohol u otras drogas, “ya que puede llevar a causar serios efectos en la salud, incluso la muerte” aseguró el vocero de la DEA, Russ Baer para justificar la decisión.

Entre el 2014 y 2016 el kratom fue el responsable de 15 muertes en EE.UU. y que  esa información es suficiente para concluir que presenta una amenaza para la salud pública, argumento suficiente para prohibirla, señaló Bear.

Agregó también que los dos ingredientes activos en la planta tienen efectos similares al opio en el cuerpo y que por lo tanto, puede provocar una adicción en el consumo.

Venta en Chile

Pese a las consultas de La Tercera en el Instituto de Salud Pública, no fue posible determinar si la planta está registrada en el país y si su comercialización es legal.

Sin embargo, y aún cuando el consumo de la planta no se ha masificado en Chile, su comercialización es fácil y se puede encontrar en portales de Internet sin mayores complicaciones, ya sea como hoja o molida, a unos 2.500 pesos.

En Estados Unidos su compra y venta es más fluida y se puede conseguir en herboristerías, sitios de Internet, entre otros lugares de comercialización.

La decisión de la DEA causó revuelo en la opinión pública y en autoridades. Más de 50 miembros de la Cámara de Representantes de Estados Unidos enviaron una carta firmada por Adam Smith y Heck Denny en contra de la decisión.  El mensaje fue apoyado por 28 demócratas y 23 republicanos y apuntó a que la prohibición del kratom es una decisión apresurada y “va a poner  fin a la investigación financiada por el gobierno federal y la innovación que rodea el tratamiento de los individuos que sufren de opiáceos y otras adicciones”.

Efectos

Los efectos del kratom están asociados a la cantidad que se ingiere. Si se consume una dosis baja funciona como energizante, ayuda en las habilidades sociales, manifiesta alta energía física y potencia la alerta mental.  En dosis baja, los resultados son analgésicos, sedantes y hay un relajo del cuerpo.

La U. de Missisippi (EE.UU.) durante más de diez años ha tenido un contrato único con la DEA para cultivar marihuana para fines de investigación médica, donde también se ha estudiado el kratom.

El presidente de Ciencias Biomoleculares de dicha institución, Christopher McCurdy, lamentó aladecisión y dijo que que “al final  se trata de un mal servicio a la ciencia”, en alusión a que un estudio en ratas reveló que, pese a que el análisis aún no se prueba en humanos,  el kratom eventualmente podría usarse para dejar la adicción a otros opioides.

Susan Ash es la directora de la Asociación Estadounidense de Kratom y fiel defensora de su legalidad, ya que padece de dolores crónicos y fue adicta al opio. “El kratom me ayudó a superar los dos problemas”,  manifiestó.

Náuseas, dolores de estómago, mareos e inestabilidad y picazón pueden ser efectos que provoca su consumo, pero que según sus defensores, no superan los beneficios.