En una sorpresiva medida, y en medio de la fuerte tensión que aún persiste en Ucrania pese a la caída del Presidente Viktor Yanukovich, el Mandatario ruso, Vladimir Putin, ordenó ayer un enorme despliegue de sus fuerzas para realizar "ejercicios militares", en una zona de Rusia que limita con Ucrania. Putin autorizó una movilización de nada menos que 150 mil soldados, 880 blindados, 90 aviones, 120 helicópteros y 80 buques de guerra de la Flota del Norte y el Mar Báltico, en la señal más potente tras días de amenazas.
De inmediato, Estados Unidos reaccionó e instó a lo que calificó como "actores externos" a evitar toda acción retórica o provocación en Ucrania, en una evidente crítica al anuncio del Kremlin.
"Lo que necesitamos hacer ahora no es entrar en una confrontación añeja de Guerra Fría", dijo el secretario de Estado de EE.UU., John Kerry, a la cadena NBC.
A su vez, los ministros de Defensa de la OTAN, reunidos en Bruselas, emitieron un comunicado de apoyo a "la soberanía e independencia, integridad territorial, desarrollo democrático y principio de inviolabilidad de las fronteras de Ucrania".
Aunque el derrocamiento de Yanukovich, el sábado pasado, había apaciguado casi tres meses de protestas, aparte de descomprimir por unos días el incendio político en Kiev, los ucranianos volvieron ayer a tomarse las calles. Ahora, el mayor foco de tensión ya no se situaba en la capital ucraniana, sino que en Crimea, un territorio con un estatus y una serie de particularidades (ver nota secundaria). Esta zona ha estado históricamente ligada a Rusia y el 60% de su población se siente rusa. Manifestantes partidarios y contrarios a Moscú se enfrentaron a patadas y combos en Simferopol, la capital de Crimea.
Ahí, unos 10 mil tártaros musulmanes empuñaron banderas ucranianas y símbolos antirrusos, y se enfrentaron a un grupo mucho más reducido de ucranianos prorrusos, según consignaron agencias como Dpa y The Associated Press. Crimea es clave porque ahí está el puerto de Sebastopol, donde a su vez se ubica la base de la Flota del Mar Negro de Rusia.
En una declaración televisada, el ministro de Defensa ruso, Sergei Shoigu, explicó que el ejercicio militar tiene como objetivo preparar a las tropas "para entrar en acción en situaciones de crisis que amenazan la seguridad militar de la nación". Shoigu no mencionó directamente a Ucrania, país de importancia económica y estratégica para el Kremlin. En ese sentido, la caída de Yanukovich supuso una fuerte derrota política para Putin.
Moscú ha cuestionado la legitimidad de las nuevas autoridades ucranianas, a las que ha acusado de no controlar a extremistas que supuestamente amenazan a la población rusa en el este y sur del país. El ministro de Defensa también dijo que se tomarán medidas para afianzar la seguridad de las instalaciones rusas en Crimea, aunque no entró en mayores detalles. Los ejercicios militares se extenderán hasta el 3 de marzo.
TEMOR A INTERVENCION
Según AP, Putin dio la orden un día después de que un legislador ruso que visitó Crimea indicara que Moscú protegerá a los residentes de habla rusa de esa zona, "planteando temores de que Rusia pueda intervenir militarmente Ucrania".
En ese sentido, algunos analistas comparan el lenguaje usado por el Kremlin al informar sobre los ejercicios militares con las declaraciones que precedieron la invasión de Georgia, en 2008. Mientras ocurre todo esto, se desconocía el paradero de Yanukovich, sobre quien pesa una orden de captura internacional.