Un tribunal egipcio aplazó hasta el 29 de noviembre su veredicto sobre si el ex presidente Hosni Mubarak ordenó el asesinato de manifestantes durante el levantamiento de 2011 que puso fin a su gobierno de tres décadas.
Antes de posponer la audiencia el sábado, el juez dijo que él y los miembros del equipo de fiscalía no habían terminado de revisar todas las pruebas del caso, que tiene 160.000 páginas.
Una pantalla de televisión en la sala del tribunal mostró miles de documentos relacionados con el caso apilados en carpetas y atados con cuerdas.
Mubarak, su ministro de Interior, Habib al-Adly, y seis otros altos cargos de seguridad están acusados de ordenar la matanza de más de 800 manifestantes, sembrando el caos y la creación de un vacío de seguridad durante la revuelta de 18 días. Ellos niegan los cargos.
El ex dirigente y Adly fueron sentenciados a cadena perpetua en 2012 tras ser declarados culpables en el caso, pero un tribunal de apelaciones posteriormente ordenó un nuevo juicio.
Muchos egipcios que vivieron durante su autocracia afín al capitalismo consideraron una victoria el ver a Mubarak detrás de los barrotes.
Su derrocamiento llevó a la primera elección libre de Egipto, pero el ganador, Mohamed Mursi, fue derrocado el año pasado por el ejercito y algunas figuras de la era de Mubarak han sido liberadas de la cárcel, lo que provocó el miedo entre los activistas a que el viejo régimen esté ganando influencia otra vez.
Mubarak, de 86 años, llegó al tribunal en un helicóptero médico y salió por la parte posterior en camilla rodeado de policías con rifles. Compareció junto a los otros acusados en la celda del tribunal con semblante sombrío, pálido y con gafas de sol.
Fuera del tribunal en la academia de policía de El Cairo, se reunieron sus partidarios con retratos del ex comandante de la fuerza aérea y coreando consignas que exigían su liberación.
Las familias de los asesinados por las fuerzas de seguridad durante el levantamiento acudieron a protestar.
"Este retraso llega como preparación para la exculpación de Mubarak", dijo una mujer cuyo hijo murió durante la revuelta callejera.
La muerte política de Mursi y los Hermanos Musulmanes a manos de los militares significa que las voces simpatizantes de Mubarak ahora están siendo escuchadas.
Mubarak dijo al tribunal el mes pasado que no había ordenado la muerte de los manifestantes y que la historia le daría la razón.
Adly y otros altos cargos de la era Mubarak también han retransmitido sus comunicados en las últimas semanas, dándoles una plataforma para reconstruir su reputación entre el público.
Sin embargo, es poco probable que liberen a Mubarak. A pesar de que se le ha dado la libertad bajo fianza, ya está cumpliendo la condena de otra sentencia distinta por malversación de fondos en un hospital militar en el exclusivo barrio de Maadi en El Cairo. El tribunal ordenó que Adly permanezca bajo custodia a la espera del veredicto.