Cuando Egon Wolff estrenó Los invasores, en 1963, la audiencia se dividió. Hubo quienes vieron una apología de la lucha de clases y una peligrosa incitación a un cierto tipo de sublevación social. Otros, advirtieron en la premonitoria pieza del dramaturgo, un ajuste lógico tras una historia cargada de injusticias, y que podría dar la entrada a un esperado cambio.

Lo concreto es que a Wolff, que tuvo a Víctor Jara como director de este montaje, hubo personas que hasta le quitaron el saludo. "Generó una controversia feroz", recuerda el autor, hoy de 86 años. "La obra fue escrita bajo el influjo de una revolución que se venía e iba a imponer las bases de lo que hizo Castro en Cuba, que reconstruyó la sociedad con nuevos parámetros. La burguesía chilena estaba aterrada, y en ese contexto escribí Los invasores", cuenta.

Convertida desde ese instante en un hito de la dramaturgia chilena, la obra no fue remontada más en Santiago por un elenco profesional aunque su texto fue estudiado con profusión en escuelas de teatro. Sólo hace un par de años, tuvo una adaptación libre bajo el nombre de Hombre acosado por demonios ante un espejo, de la Compañía La Puerta.

Hoy, a casi cinco décadas de su estreno, la pieza vuelve a la luz tal como la concibió Wolff, en un montaje que tendrá hoy su estreno en el GAM y que mañana abre su temporada, como cierre de un homenaje al dramaturgo donde ya se ha presentado la obra Háblame de Laura. Será la ocasión, además, de exponer las acuarelas realzadas por el autor, y un documental sobre su vida que se exhibirá en la Biblioteca del GAM.

Los invasores es protagonizada por Willy Semler, Rodrigo Soto, Berta Lasala y Andrea Velasco, entre otros, y cuenta la historia de Lucas Meyer (Semler), un acaudalado empresario que ve, junto a su familia, como seres empobrecidos -"los del otro lado del río"- invaden su casa y sus pertenencias. La disputa entre ellos y el líder de los extraños, China (Soto), es eminentemente intelectual y gira sobre los contornos éticos de la acumulación de riqueza, el individualismo y los prejuicios.

"En el Chile de 1963 se estaba consolidando internacionalmente un modelo que luego se revirtió con el Golpe Militar y se afianzó en la Dictadura. Un sistema económico donde muy pocos ganan mucho dinero y muchos tienen apenas para subsistir. Desde ese punto de vista, la realidad entre ricos y pobres no ha cambiado mucho", resume Willy Semler. "La obra propone que hay un diálogo que establecer entre ambas partes porque esto no puede ser eterno, y si lo es, estamos en el infierno", dice.

Para el director Pablo Casals, la obra mantiene la vigencia en cuanto a las diferencias sociales, que en su mirada, están en un "punto crítico, con un afán de individualismo que nos tiene consumidos".

Según Wolff, la vigencia de Los invasores gira por fuera de la rueda ideológica, donde las inquietudes son éticas y ese es un tema no resuelto. "La obra es válida mientras se mantenga la injusticia en la sociedad. Las clases dirigentes no se dan cuenta aún de la responsabilidad social del capital y el trabajo, y no se dan cuenta de que si ceden un poco de su acumulación de dinero y su codicia, van a crear un mercado mucho más exquisito del cual se van a beneficiar ellos también. Esa inquietud me cubrió a mí, fue algo muy fuerte, pero lo principal tiene que ver con la parte moral, ética: los errores que el hombre comete en la vida, la falta de compasión", remata.

Los Invasores, de Egon Wolff.
Dirección: Pablo Casals. Elenco: Willy Semler, Berta Lasala, Rodrigo Soto, Montserrat Estévez, Andrea Velasco, José Tomás Guzmán y Matías Jordán.
Sala: A2. del 5 al 29 de abril.
Jueves a sábado: 21:00 hrs.; domingo: 20:00 hrs.
$6.000 general, $3.000 estudiantes y tercera edad, $3.000 Jueves Popular. 2x1 Club La Tercera.