Texas ejecutó al mexicano Edgar Tamayo Arias a pesar de los llamados internacionales y del propio gobierno federal estadounidense a detener una sentencia que la Corte Internacional de Justicia (CIJ) había ordenado revisar porque se violó su derecho a asistencia consular, el denominado "fallo Avena".
Tamayo, condenado a muerte por el asesinato de un policía en Houston en 1994, fue ejecutado mediante una inyección letal a las 21:32 (00:32 en Chile) en la "cámara de la muerte" del complejo carcelario de Huntsville, Texas, confirmaron las autoridades locales y mexicanas.
Hasta el último momento, sus abogados habían tratado de agotar todos los recursos judiciales a su alcance para impedir o retrasar la controvertida sentencia, incluida un recurso ante la Corte Suprema que ésta rechazó, por lo que la ejecución fue llevada a cabo, aunque varias horas más tarde de lo inicialmente previsto.
La negativa de la Corte Suprema había sido el último de varios reveses judiciales para Tamayo de la jornada, en la que fueron rechazados varios recursos con los que su defensa trató de detener su ejecución apelando tanto a la violación de su derecho a asistencia consular como a su alegada discapacidad intelectual.
Además, la Junta de Perdones y Libertad Condicional de Texas había aprobado por mayoría recomendar al gobernador del estado, el republicano Rick Perry, que no concediera la clemencia al condenado.