El Ejército camerunés dijo hoy que acabó con más de 40 miembros de la secta islamista nigeriana Boko Haram, aseguró a Efe el portavoz del Ministerio de Defensa de Camerún, Badjeck Didier.
"Ha habido esta noche un crudo enfrentamiento entre nuestras fuerzas de seguridad y miembros de Boko Haram", dijo Didier, quien anunció que el Ejército ha confiscado un importante arsenal del grupo armado.
"El enfrentamiento tuvo lugar en varios puntos de la frontera con Nigeria, y no ha habido ningún muerto ni herido en las filas camerunesas", añadió el militar.
Más de mil militares cameruneses, apoyados por unos 600 miembros de las fuerzas especiales enviados al norte del país hace más de un año, fueron desplegados la semana pasada en la zona fronteriza con Nigeria para poner fin a las acciones de los integristas en el país francófono.
La operación anunciada por el Ministerio de Defensa se produce después de que el grupo terrorista liberara hoy a los tres religiosos extranjeros -dos italianos y un canadiense- secuestrados desde el mes de abril.
Los religiosos fueron liberados en la frontera de Camerún con Nigeria después de una semana de negociaciones, sin que se hayan conocido los detalles que permitieron rescatar a los rehenes.
Nigeria ha recriminado recientemente a Camerún su supuesta pasividad en la lucha contra Boko Haram.
Las acciones de los radicales han despertado recientemente indignación en todo el mundo, tras haber secuestrado el pasado 14 de abril a más de 200 niñas de una escuela en el estado norteño nigeriano de Borno.
El grupo ha asesinado en las últimas semanas a alrededor de 300 personas en el noroeste de Nigeria, donde tiene su feudo y su principal base de operaciones.
Boko Haram, que significa en lenguas locales "la educación no islámica es pecado", lucha por imponer un estado islámico en Nigeria, país de población mayoritariamente musulmana en el norte y predominantemente cristiana en el sur.
Desde que la Policía acabó en 2009 con el entonces líder y fundador de Boko Haram, Mohamed Yusuf, los radicales mantienen una sangrienta campaña que ha causado más de 4.000 muertos.