Egipto vivió este miércoles un segundo golpe de estado, ahora con la caída de la administración de Mohamed Mursi, el primer presidente civil elegido desde las urnas tras el derrocamiento de Hosni Mubarak en 2011.

Las fuerzas armadas egipicias suspendieron la constitución, convocaron a elecciones anticipadas y anunciaron que Morsi será reemplazado por el titular de la Corte Constitucional.

Tras las 48 horas de ultimátum impuesto por el Ejército, algunos atisbos de que  un inminente golpe de estado, estaban siendo publicados por asesores del mandatario depuesto.

There is a FULL MILITARY COUP under way now in <a href="https://twitter.com/search?q=%23Egypt&amp;src=hash">#Egypt</a>. Tanks hv started moving thru the streets. <a href="https://twitter.com/search?q=%23Egypt&amp;src=hash">#Egypt</a> <a href="https://twitter.com/search?q=%23SaveEgypt&amp;src=hash">#SaveEgypt</a>

Horas después, militares blindados se desplegaban en todos los accesos a la plaza de Rabea al Adauiya, en el este de la capital, donde se congregan decenas de miles de islamistas seguidores del presidente Mohamed Morsi. Luego se sumarían la plaza Tahrir, el Palacio Presidencial de Itihadiya, la plaza Al Nahda y la Universidad de El Cairo, sitios donde se reunían tanto simpatizantes como opositores al saliente mandatario.

Mientras se desarrollaba el amplio contingente militar, Mohamed Morsi afirmó en un vídeo que sigue siendo el "presidente electo de Egipto" y pidió a sus partidarios que  "defiendan" su legitimidad.

Sin embargo, se desconocen el lugar y el momento de la grabación de este documento de mala calidad, difundido después del anuncio del ejército, según consigna agencia AFP.

El ejército, que dio a Mursi hasta las 14.30 GMT (10.30 tiempo de Chile) del miércoles para  plegarse a las "reivindicaciones del pueblo", anunció al terminar dicho plazo,  que nombraba presidente interino al jefe del Tribunal Supremo Constitucional,  Adly Mansur, hasta la celebración de elecciones presidenciales anticipadas. Mansur tiene previsto prestar juramento este jueves.

SE TEME VIOLENCIA POST-GOLPE

El ministerio del Interior, temiendo un recrudecimiento de la violencia y  que aumente el balance de 47 muertos registrados en los últimos días, advirtió  que responderá con "firmeza" a los desmanes y desplegó blindados en El Cairo,  bloqueando las vías que llevan a las manifestaciones de los partidarios de  Mursi.

Se han registrado enfrentamientos en Marsa Matruh (noroeste), en la costa  mediterránea, donde perdieron la vida cuatro partidarios del ya expresidente y  otros diez resultaron heridos en un ataque contra un edificio de la seguridad.  Asimismo, se registró otra víctima mortal en Alejandría.

Una fuente cercana a Morsi hizo un llamado a los egipcios a "resistir pacíficamente" a este golpe de Estado, quien lo calificó de "ilegal".

Estados Unidos, que había reducido su personal diplomático en El Cairo, anunció la evacuación de su embajada por temor a que empeore la situación.

El rey Abdalá de Arabia Saudí ha sido el primer dirigente extranjero en  felicitar a Mansur, "el presidente de la República árabe de Egipto hermana" y  la Unión Europea pide la celebración de elecciones "rápidamente".

El presidente estadounidense, Barack Obama, se mostró "profundamente  preocupado" por la destitución de Mursi  y urgió a un rápido retorno de un gobierno civil electo en ese país.

"No es un golpe de Estado", dijo uno de los máximos exponentes de la  oposición a Mursi, el ex jefe de la Liga Árabe, Amr Musa, al subrayar que la  decisión del ejército cuenta con la aprobación de la iglesia cristiana copta,  la gran institución sunita Al Azhar y numerosas fuerzas políticas y sociales.

Asimismo, aseguró que ya han comenzado las consultas para formar un nuevo  gobierno.

Los militares, que asumieron las riendas del ejecutivo durante 16 meses  entre la caída de Hosni Mubarak y la elección de Mursi, no han precisado la  duración del periodo de transición antes de que se celebren elecciones  generales.

Así, en los próximos días se deberá resolver cuál será el destino que tendrá Egipto tras esta nueva crisis institucional, cuyo objetivo fundamental será acabar con la división social heredada por Mohamed Mursi.