Es un golpe simbólico. El Ejército iraquí aseguró ayer que había recapturado Awja, la ciudad natal del dictador Saddam Hussein, que permaneció en poder de los insurgentes sunitas del Estado Islámico (EI), durante algunas semanas. Las fuerzas del gobierno, junto con voluntarios chiitas, recapturaron la localidad la noche del jueves, según fuentes oficiales, dentro de una campaña para recuperar áreas del norte y el oeste del país que habían sido tomadas por los rebeldes. Awja fue "limpiado por completo", dijo el portavoz militar del primer ministro citado por la televisión estatal. El Ejército dijo que ahora controla una franja de 50 kilómetros de la carretera principal del país que va al norte, desde la ciudad de Samarra a Awja.

Sin embargo, los insurgentes del EI negaron que hayan sido expulsados de la ciudad. El dirigente sunita Nauaman Yassem, citado por la agencia Efe, explicó que un batallón del Ejército procedente de la ciudad de Samarra intentó entrar en Awja, pero fue repelido por los insurgentes.

El Estado Islámico es el grupo insurgente sunita (anteriormente conocido como Estado Islámico de Irak y Siria, Isis) que declaró un califato islámico de estilo medieval, que borraría las fronteras entre Irak y Siria, y que ha amenazado con llegar a Bagdad para derrocar al gobierno central iraquí, de mayoría chiita, y liderado por el primer ministro Nuri al Maliki. Es un hecho que las principales comunidades sunitas que viven a lo largo de la carretera principal que va al norte siguen siendo hostiles a las fuerzas oficialistas, mientras que la ciudad de Tikrit, a unos pocos kilómetros al norte de Awja, sigue en poder de los insurgentes.

Awja, 13 kilómetros al sur de Tikrit, en la provincia de Saladino, está construida en la ribera oeste del río Tigris. Es el lugar donde nació en 1937 Saddam Hussein y donde fue sepultado, tras ser ejecutado en diciembre de 2006. Durante su régimen (1979-2003) puso al frente de las diferentes provincias del país a dirigentes nacidos en Awja.

Tikrit cayó en las primeras fases de la ofensiva relámpago que iniciaron los insurgentes el mes pasado, que les dio a los milicianos jihadistas del Estado Islámico el control de las regiones de mayoría sunita al norte de Bagdad. Desde la semana pasada las tropas del gobierno centran sus operaciones en la provincia de Saladino, con el principal objetivo de recuperar Tikrit.

Citados por la agencia Reuters, funcionarios estadounidenses de defensa que han enviado a asesores a Irak sostienen que el Ejército de ese país podrá defender Bagdad, pero que les será difícil recuperar el territorio perdido, principalmente por la debilidad logística. Según el general Martin Dempsey, presidente del estado mayor conjunto de Estados Unidos, "el futuro es bastante sombrío" para los iraquíes, a menos que puedan resolver las diferencias sectarias dentro de su gobierno.

Dempsey sostuvo que la falta de un gobierno inclusivo, donde tengan cabida las principales comunidades de Irak, explica en parte el avance rápido y casi sin resistencia del EI. Incluso el presidente de la región autónoma kurda de Irak pidió el jueves a su Parlamento planificar un referendo independentista, en una clara señal de su impaciencia con la inacción del gobierno de Al Maliki, que apenas lucha por mantenerse en el poder, formar un nuevo Ejecutivo y repeler a los rebeldes sunitas.