Al menos 41 supuestos insurgentes, y un soldado regular, murieron en operaciones del Ejército de Pakistán en el noroeste del país, los que incluyeron un bombardeo sobre un importante bastión talibán en Waziristán del Sur.

Los combates más graves tuvieron lugar en el distrito de Bannu, situado en la Provincia de la Frontera Noroeste (NWFP), donde el Ejército conquistó el fuerte de Jani Khel, operación que se saldó con 35 insurgentes muertos, según explica un comunicado oficial.

"Por un período de tiempo, Jani Khel se había convertido en un refugio seguro para terroristas y criminales. Era usado como base para perpetrar actividades criminales y terroristas en otras zonas de la NWFP y otras provincias", aseguró la nota.

El Ejército también reconoció que su aviación bombardeó hoy dos enclaves "terroristas" en el área de Makeen, situada en Waziristán del Sur, en represalia por los dos ataques suicidas de ayer en las ciudades de Lahore  y Nowshera. "El número de víctimas en el bombardeo no pudo ser determinado", indicó el comunicado.

OPERATIVO MAYOR
Los analistas especulan desde hace semanas con la posibilidad de que el Ejército inicie una operación militar de envergadura en la zona, feudo del líder de los talibanes paquistaníes y refugio para otros fundamentalistas del grupo terrorista Al Qaeda.

Unos 1.400 integristas y un centenar de soldados perdieron la vida en enfrentamientos desde el inicio de la ofensiva militar, contrarrestada por los insurgentes con una ola de atentados suicidas como el que ayer acabó con la vida de un clérigo moderado en Lahore.

El Ejército justificó de hecho sus ataques sobre Waziristán del Sur haciendo mención a la muerte del clérigo, Sarfraz Naimi, un veterano predicador opuesto a los talibanes y a favor de la operación militar, que será enterrado hoy.