Una tendencia a sustituir la contratación directa por tercerización -o subcontratación-, "producto de un cambio del sistema productivo relacionado con la especialización", detectó un estudio elaborado por la Secretaría General de la Presidencia (Segpres).
A partir de los últimos datos de empleo del Instituto Nacional de Estadísticas (INE), correspondientes al trimestre móvil junio-agosto, la cartera precisó que el 12,1% del total de ocupados se encuentra subcontratado. La tasa significó un incremento de cuatro puntos porcentuales (pp) respecto del trimestre enero-marzo de 2010. Esto, según la Segpres, debido a que "el 45,5% de los empleos creados en el período corresponde a subcontrataciones". De acuerdo al INE, entre enero-marzo de 2010 y agosto de 2013 se crearon 826 mil puestos de trabajo.
El estudio también arrojó que los trabajadores contratados directamente ganan, en promedio, 27% más por hora que los subcontratados, lo que fue atribuido por el Ejecutivo a que generalmente "la subcontratación se concentra en personas con menor capital humano, con menos años de experiencia". De todos modos, el informe reconoció que la Casen 2011 sí mostró diferencias salariales entre trabajadores contratados y subcontratados al analizar el comportamiento por nivel educacional, concluyendo que las brechas entre ambas categorías se presentan "principalmente entre las personas más calificadas". Por el contrario, los trabajadores con menos educación "no tienen diferencias salariales vinculadas a una u otra de las modalidades".
Los resultados generaron inquietud entre los expertos. Joseph Ramos, de la Universidad de Chile, calificó como "elevado y poco sano para el mercado laboral" el nivel de subcontratación reportado. Pese a que acotó que no necesariamente se trata de empleo de baja calidad, señaló que la tendencia puede reflejar que "las empresas están recurriendo a estos contratos para quitar derechos de negociación a los trabajadores". En este sentido, la Segpres enfatizó que legalmente "la subcontratación no tiene diferencias con la contratación directa, ya que el trabajador elige cuál de las dos empresas debe responder por sus derechos laborales", pudiendo exigir a cualquiera el cumplimiento de sus obligaciones.
"No necesariamente es sinónimo de precariedad porque no sabemos qué tipo de empleo es (...) Probablemente los trabajadores subcontratados tienen menos beneficios que los con contrato directo, pero si no fuese así, por un tema de costos, las empresas no podrían realizar esas funciones", señaló Cecilia Cifuentes, investigadora de Libertad y Desarrollo. Hernán Frigolett, de Aserta, también explica el alza de la externalización por el intento de "minimizar los costos asociados a la seguridad laboral, sobre todo en la minería".
La Segpres añadió que al comparar a cada trabajador subcontratado con otro de iguales características, pero que se encuentre directamente contratado, no se obtienen diferencias significativas entre sus salarios. "Este resultado hace dudar de la pertinencia de eliminar la categoría de subcontratación como política pública destinada a mejorar la calidad del empleo. Al parecer, la escolaridad, la experiencia o la capacitación en ciertos oficios, tienen un impacto mucho mayor en el nivel salarial de las personas", argumentó el informe.