En un giro inesperado, Vladimir Putin cambió de postura el miércoles y no sólo apoyó la realización de las elecciones en Ucrania el próximo 25 de mayo, sino que les pidió a los separatistas prorrusos que aplacen el referendo independentista de este domingo, que se realizaría en regiones del este del país. Pero los rebeldes desafiaron ayer al propio presidente ruso, al señalar que seguirán adelante con la consulta, al menos en Donetsk. Esto, prácticamente cierra la puerta al diálogo con el gobierno de Kiev al que aspira Putin. Pese al deseo de los separatistas de celebrar un referéndum como el de Crimea, casi ocho de cada 10 ucranianos (77%) quiere que el país siga unido.

Según una encuesta realizada por el Pew Research Center, un think tank con sede en Washington D.C., tras la escisión de la región ucraniana de Crimea, la corriente dominante en el país no es el independentismo. Eso sí, el sondeo se realizó antes de que estallara la rebelión separatista en el este del país.

De acuerdo con la encuesta, en la parte occidental de Ucrania el 93% quiere que el país no se divida, mientras que el 4% piensa lo contrario. En el este, donde Kiev debió desplegar al Ejército para contener la revuelta separatista, el 70% opina que la nación debe mantenerse unida. Incluso, el 58% de la población rusohablante estima lo mismo.

Donde sí opinan diferente es en Crimea, allí el 54% está de acuerdo con que algunas regiones se separen del país. La región occidental del país incluye Kiev, la capital, y la frontera con Polonia, Eslovaquia y Hungría. Pero ahí hay menos tolerancia que en el resto de Ucrania. Ello, porque en esta zona el 66% cree que sólo el idioma ucraniano debe tener estatus legal, mientras que en el este el 73% opina que el ucraniano puede convivir con el ruso como los idiomas principales.

Al mismo tiempo, la encuesta reveló un descontento generalizado con el gobierno de Kiev que asumió tras la caída del Presidente Viktor Yanukovich: el 49% lo evalúa mal y el 41%, bien. El rechazo es mayor en el este (67%), mientras que en el oeste, el 60% estima que las cosas van bien encaminadas. Los líderes ucranianos llamaron ayer a todas las fuerzas políticas del país a mantener un diálogo nacional, pero advirtieron que no negociarán con los opositores armados prorrusos.

En cuanto a las próximas elecciones, los ucranianos están divididos. El 59% en el oeste confían en el proceso electoral, mientras que sólo el 27% opina lo mismo en el este y el 20% en Crimea. También a los ucranianos se les preguntó por su visión sobre Rusia. El 67% estimó que Moscú es una mala influencia y el 22% opinó lo contrario. La evaluación respecto de EE.UU. tampoco es la mejor: el 38% dice que es una influencia positiva y el 38%, negativa.

En el este, la tensión seguía en aumento, pese a la nueva postura de Putin. "La guerra civil ya ha comenzado. El referéndum puede poner fin a esto", dijo el líder de la autodeclarada República de Donetsk, Denis Pushilin. Los analistas estiman que Putin intentó desmarcarse de los rebeldes, sabiendo que ellos seguirían con el referendo.