Un total de 101.131 jóvenes que este año egresaron de la educación secundaria no lograron alcanzar los 500 puntos en la Prueba de Selección Universitaria (PSU), esto es un 56% de los 181.718 escolares que rindieron el examen. Así también, 44.955 estudiantes de los colegios municipales no llegaron a ese puntaje, lo que representa el 71% del sector público, según cálculos realizados por el investigador de la U. de Santiago, Francisco Javier Gil.

Las cifras, además dan cuenta de que el 54% de los alumnos de los establecimientos particulares subvencionados tampoco alcanzaron los 500 puntos en la PSU, es decir, 53.205 personas. Y en el sector particular pagado un 15% (2.971) no alcanzo esa meta.

¿Qué importancia tiene que un alumno no logre llegar a los 500 puntos? Por un lado, según el académico de la U. de Santiago, esto da cuenta de que los colegios no lograron entregar todos los contenidos necesarios a los estudiantes, sobre todo en el caso de los establecimientos públicos. Y por otro, se trata del piso mínimo para que un estudiante pueda acceder a las becas que entrega el Estado. Así, son más de 100 mil los jóvenes que no pueden acceder a este beneficio.

Gil afirmó que “los colegios municipales no entregan la totalidad de los contenidos que mide la PSU y eso perjudica a los estudiantes, quienes en los sectores vulnerables  no pueden ir a un preuniversitario porque no tienen recursos para hacerlo”. Y agregó que “los alumnos de colegios públicos no sólo están en desigualdad de condiciones,  por el capital cultural, sino porque no se logran entregar los contenidos”.

El director de Admisión y Financiamiento Estudiantil de la Pontificia Universidad Católica (PUC), Juan Echeverría, explicó que es importante comprender que “la PSU mide los contenidos que el programa de educación escolar dice que tiene que haber cursado un alumno al llegar a cuarto medio y si no han recibido esas materias es responsabilidad del sistema o también de que ha habido importantes movimientos estudiantiles que han implicado ausencia de contenidos”. Y subrayó que “esto muestra que no se alcanzan a pasar todos los contenidos en la recuperación de clases”.

Echeverría subrayó que esto da cuenta de “la poca inversión estatal en los colegios municipales y también de la falta de control del Ministerio de Educación (Mineduc) en los establecimientos particulares subvencionados, porque un 53% de alumnos con menos de 500 puntos también es una cifra preocupante.

El representante de la PUC destacó que en Chile se ha avanzado “con programas como el Pace, que implica la participación de universidades en los proyectos educativos en colegios con alta vulnerabilidad, pero son iniciativas puntuales que es difícil expandirlas a todo el sistema”.

Otras cifras que arrojan los resultados de la PSU es que hay 85.013 alumnos que no lograron obtener 475 puntos en la PSU, que es el mínimo que piden las universidades del Cruch para optar a una carrera. Los datos muestran que el 62% (39.241) de los estudiantes de colegios públicos no alcanzaron ese piso. También que en el caso de los colegios particulares pagados hay 39.341 (44%) de egresados que tampoco lograron esa meta y que en los establecimientos particulares pagados fueron 2.211 (11%) los jóvenes que no podrán postular a ningún plantel del Cruch.

Otro dato relevante es que hay 999 personas que si bien tienen un puntaje ranking de 850 puntos en la PSU  no podrán acceder a ninguna beca, porque no alcanzaron el resultado mínimo exigido por el Mineduc de 500 puntos. Para Gil, creador del ranking de notas, “es incomprensible que mientras las universidades consideran para las postulaciones todas las pruebas PSU, las notas y el ranking; el Estado sólo considere la PSU de lenguaje y matemática” Y planteó que “son jóvenes que tuvieron el mejor resultado de su colegio, aquel alumno que aprovechó al máximo el aprendizaje escolar”.

En esta crítica coincide Echeverría: debería ampliarse el mix de factores e incluir la Notas de Enseñanza Media (NEM) y el ranking”. Y agregó que “es un hecho que teniendo más instrumentos es absurdo que todavía la beca Bicentenario, por ejemplo, este asociada sólo al promedio PSU de lenguaje y matemática”.

Gratuidad

Si bien los estudiantes que obtuvieron menos de 500 puntos en la PSU no pueden optar a becas, el inicio de la gratuidad en 2016 les otorgará la opción de estudiar sin tener que pagar aranceles ni gastos asociados, en caso de que pertenezcan a los cinco primeros deciles de ingreso. “Una de las mejoras de la gratuidad es que no se exige un puntaje mínimo, distinto a lo que las universidades piden para el ingreso a las diversas carreras”, afirma Gil.

A juicio del director del Centro de Políticas Comparadas de Educación de la U. Diego Portales, Ernesto Treviño, el hecho de que el Estado considere la PSU como requisito para otorgar becas implica que “estamos subsidiando con el dinero de todos a los estudiantes de más altos ingreso”. Esto, porque una de las críticas que se ha hecho históricamente a la PSU es que acentúa las inequidades del sistema escolar, porque los estudiantes de mayor capital cultural, quienes en general asisten a colegios particulares pagados y a algunos subvencionados, obtienen mejores resultados en la PSU.

Respecto de la corrección que permitiría hacer la gratuidad, Treviño estima que “yo tengo mis dudas de que la gratuidad resuelva esto, las personas piensan que los estudiantes van a poder acceder a la gratuidad, pero vamos a tener que revisar cuántos estudiantes del 50% más vulnerable realmente tendrán el puntaje para ingreso a las carreras”.