Los juegos de azar pueden ser un agradable pasatiempo o esconder el anhelo de lograr dinero o premios sin mayor esfuerzo. ¿Qué ocurre cuando se pierde el control? Los expertos hablan de adicción, conocida como ludopatía.
¿Cómo son los jugadores chilenos? ¿Qué porcentaje de ludópatas existe? Todas esas interrogantes estaban sin respuestas, y son las que responde el primer estudio en esa materia: “Conductas de juego y juego patológico”, de la U. de Santiago y presentada por la Corporación de Juego Responsable (CJR), entidad sin fines de lucro integrada por Polla Chilena, la Asociación Chilena de Casinos de Juego, la Asociación de Jugadores en Terapia y los casinos Dreams y Enjoy.
La investigación realizada en la Región Metropolitana, consideró 1.032 encuestas entre hombres y mujeres mayores de 18 años. Entre sus resultados destacan que un 85,7 % de los jugadores son de bajo riesgo y un 2,4%, son patológicos o ludópatas.
Mujeres y el juego
Al analizar el grupo de jugadores patológicos es posible observar que entre ellos, el 79,7% son mujeres. A su vez, el 35,2% de este tipo de jugadores se encuentra en el estrato etario que oscila entre 31 a 40 años. Mientras que por nivel socioeconómico, la mitad de los jugadores patológicos (49,3%) se encuentra en el estrato D.
Daniel Martínez, psiquiatra y director de Buenas Prácticas de Juego Responsable de la CJR, aclara que los hombres prefieren los juegos de azar y casinos, relacionado al deseo de competencia. En las mujeres, en cambio, se da una mayor atracción a las máquinas tragamonedas, lo que aumenta el porcentaje de mujeres con patologías.
¿Qué ocurre con ellas? Tienen peores indicadores de salud mental, trastornos depresivos y ansiosos, sostiene Martínez. Datos del Ministerio de Salud muestran que la prevalencia de síntomas depresivos de la población es de 17,2%, lo que se da más en las mujeres que en los hombres, con cifras de 25,7% y 8,5%, respectivamente.
“Ellas juegan como una forma de desconectarse de sus emociones. Además, muchas han vivido en función de los hijos y crianza, y cuando los hijos se van se quedan sin actividades y encuentran en el juego una forma de disfrutar y entretenerse. Es una característica del juego el desconectarse rápidamente”, señala el psiquiatra.
Al igual que con otras conductas adictivas, las personas tienden a minimizar su actuar. “Dicen que el descontrol es menor de lo que es. Solo lo asumen cuando tienen crisis, pierden algo o tienen deudas, ahí muchos aceptan la posibilidad de ayuda, cuando esto que era un juego empieza a ser un problema, más que un juego”.
Andrés Mendiburo del Centro de Estudios Sociales Experimentales Oxford-U. de Santiago, destaca que la ludopatía es una patología poco tratada: “La idea es hacer visible el problema y conocer qué ocurre en otras ciudades donde tengan casinos”.
Conocer las cifras hace más fácil la detección y formulación de políticas públicas para tratarlas o evitarlas. “El juego patológico se puede entender como un síntoma de trastornos angustiosos y depresivos, y afecta a una parte de la población más vulnerable en cuanto a opciones de pedir ayuda”.