Tenía las condiciones, el talento y el porte, por lo que apenas le comentaron la idea de emigrar al rugby francés, Sergio Valdés no lo pensó. Allá podría realizar un sueño que en Chile es nulo: ser profesional en este deporte, pensó. De aquel primer viaje han pasado 14 años y cientos de partidos, victorias, derrotas, scrums, compañeros… Una historia desconocida en el medio nacional y que ayer llegó a su fin.

Este domingo la liga Pro2, la segunda división  francesa, definió a su campeón. Fue un reñido choque entre el Agen y Mont de Marsan, pero el primero supo imponerse, alzándose monarca por 16-15. Y entre los ganadores estuvo él, participando desde el primer minuto.

El Negro vivió la máxima alegría a la que un  deportista puede aspirar, pero también se vio sometido a la melancolía: aquella final fue  su último partido como profesional. Así lo decidió él.

"Voy a cumplir 37 años, ya no estoy tan joven y el nivel es muy alto acá. Creo que hay que saber cuándo retirarse y yo lo hago en un muy buen momento", reconoce el segunda línea.

Esta temporada no partió de la mejor forma. Una pubalgia lo aquejó en un comienzo, luego una lesión en un hombro. Finalmente pudo reintegrarse en enero para volver a ser uno de los pilares en el campeonato obtenido por el quince de Aquitania.

Stade Aurillac fue el primer club que recibió a Valdés. Allí estuvo la temporada 2001-2002. Luego decidió regresar a Chile para terminar sus estudios de Ingeniería Comercial. Nunca ejerció. En 2004, un llamado del Racing Metro lo devolvió al Viejo Continente, de allí no se detuvo.

Auch (2007-2011) y el Pau (2011-2013), donde incluso fue capitán, fueron los otros equipos en los que participó.

Seleccionados de las naciones más importantes de este deporte le conocen. Incluso Philippe Sella -uno de los más grandes rugbistas de todos los tiempos- fue hasta ayer el manager de su equipo. "Es un orgullo compartir con todos ellos", reconoce desde Francia.

"Al principio nadie conocía a Chile, pero cuando demostré en cancha que sabía, todos comenzaron a entender que en mi país también se juega al rugby", recuerda, mientras regresa a su hogar luego de la celebración.

¿Qué momentos le marcaron? Valdés no lo duda:  "Cuando estuve jugando el Top 14 (Primera División) y ahora, este campeonato, son los mejores, sin duda".

Ahora, junto a Bárbara, su mujer, y sus hijos Ignacio y Camilo, sus planes siguen en Francia como escenario. "Haré un curso de entrenador acá", adelanta. Difícilmente se imagina lejos de una cancha de rugby.