Venía ensayando su gran obra por más de 30 años. Apuntaba sus recuerdos, recopilaba fotografías y guardaba recortes de prensa de los hechos más diversos ocurridos en las primeras décadas del siglo XX.

Manuel Rojas (1896-1973) reuniría esa información y publicaría poemas, cuentos, un volumen de memorias, incluso adelantos en revistas de su futura novela. Todo eso antes de 1951, año en que decide publicar ese hito de las letras chilenas que es Hijo de ladrón.

En total, son 20 los cuadernos de composición que ocupó para escribir los sinsabores de Aniceto Hevia. Las pellejerías de su personaje que se mueve entre Argentina y Chile, entre el lumpen, obreros y grupos anarquistas.

Sobre la mesa de su escritorio en calle Llewellyn Jones, en Providencia, están esos cuadernos y la primera edición de Hijo de ladrón, publicada por editorial Nascimento. La casa con jardines, un oasis entre edificios grises, data de 1940. En ella, Manuel Rojas vivió por veinte años junto a su segunda mujer, Valerie López Edwards, y sus tres hijos.

"Acá se habilitará el segundo piso donde estará su archivo, luego que se termine de digitalizar", adelanta Jorge Guerra, director de la Fundación Manuel Rojas.

El segundo semestre del 2014 se pretende inaugurar la casa que será sede de la fundación y que estará abierta a quienes deseen conocer detalles de la obra del autor de Lanchas en la bahía. En ella aún vive su hija Paz.

El anuncio de que el archivo del Premio Nacional de Literatura 1957 estará disponible al público se da a conocer a 40 años de su muerte, ocurrida el 11 de marzo de 1973. En la casa está su despacho, con su biblioteca personal, que incluye ediciones de Hijo de ladrón en chino, japonés, portugués, ruso, alemán, francés, entre otros idiomas. Además, títulos de autores que lo formaron como Faulkner, Hemingway, Gorki, Tolstoi, Dos Passos y José Martí. Se sumarán sus fotografías familiares y sociales, que alcanzan las 400 y su correspondencia con amigos y colegas como José Santos González Vera, Carlos Droguett, José Donoso, Claudio Giaconi y otros. Entre escritores extranjeros hay misivas de Augusto Monterroso, Mario Vargas Llosa, Augusto Roa Bastos y Horacio Quiroga. Este último le escribe en 1935, desde Misiones, agradeciéndole el envío de su libro de relatos Travesía. "Estimado compañero, lo he leído de un tirón, cosa de que había perdido ya la costumbre...", le dice.

"Solo procuré registrar mis propias experiencias", dijo Rojas de Hijo de ladrón. El libro, impreso por Zig-Zag, lleva más de 40 ediciones y en marzo del próximo año verá una versión ilustrada. Los encargados son Christian Morales (texto) y Beto Martínez (dibujos), quienes trabajan sobre la vida de Aniceto Hevia en la novela gráfica que será publicada por el sello Ocho Libros. En junio, el canal Artv estrenará  Las cuatro vidas de Aniceto, animación basada en la tetralogía autobiográfica de Rojas, que parte con Hijo de ladrón y continúa con Mejor que el vino (1958); Sombras contra el muro (1964) y la Oscura vida radiante (1971). La dirección de la serie es de Patricio Muñoz, de Dereojo comunicaciones.

El año de Rojas cerrará con la publicación de sus Cuentos completos, editados por el sello de la U. Alberto Hurtado. "Hasta ahora no hay ninguna buena edición de sus relatos", dice el académico Ignacio Alvarez, quien incluirá las versiones definitivas que dejó el autor en sus cerca de 40 relatos. "Lo que hemos leído hasta hoy en el colegio no es justamente lo que el escritor dejó como definitivo", señala.