Pasada la medianoche y luego del fervor causado por la cantante italiana, Laura Pausini, era el turno del humorista argentino, Jorge Alís.

Sus rutinas de stand-up comedy eran poco conocidas en escenarios masivos, hasta la noche del lunes 24 de febrero, cuando en menos de 10 minutos, logró revertir el complejo momento dejado por la artista europea, teniendo que comenzar su rutina con algunas pifias de fondo.

"Sentí desde un principio que estaba todo bien, no me metí en eso y traté de hacer la rutina y relajarme. Pero los primeros minutos son difíciles siempre, pero sentí que fue superado", señaló el humorista al bajar del escenario con todos los premios: dos antorchas y las gaviotas de plata y oro.

Con todo y dificultades, el humorista logró un peak de 42 puntos de rating a las 00.50 horas, y le dio a Chilevisión un promedio de 39,9 puntos durante su rutina, desde las 00:15 a las 01.20 horas, indicó el canal privado.

Sobre la rutina, Alís explicó: "Tenía que durar ciertos minutos y nos estiramos unos 20 minutos más, casi el doble, pero el texto era el mismo. (…) Duró más que lo que debía durar habiendo dicho lo mismo".

El artista, que se emocionó hasta las lágrimas sobre el escenario de la Quinta Vergara, agregó: "Sentí un poco que a los 5 o 6 minutos el público se calmó, escuchó más. Ahí me relajé, pude vivir el momento presente y no sé, pero sentí un silencio muy potente y eso es el logro más grande que alguien puede tener en un escenario tan grande", reconoció.

Sobre su rutina de stand-up comedy, extraída de lo que ha podido observar en los 17 años que lleva en Chile, donde además formó su familia, señaló: "Esto es lo que llevo haciendo hace años y con esto pago mis cuentas. Lo más lindo es hacer lo que a uno le gusta".

Alís, fundador del restaurante El Cachafaz en pleno barrio Bellavista, tuvo palabras para quienes lo apuntaban como posible presa del monstruo. "Se dio vuelta eso de que los humorista tienen una historia de antemano con el monstruo".

Alís, no obstante,podría enfrentar el mismo escenario que los primeros humoristas que se presentaron en Viña 2014, Los locos del humor, cuya rutina es fiscalizada por el Consejo Nacional de Televisión por "denuncias relativas a las groserías de los contenidos de la rutina".