Con más de 30 años de trayectoria en escultura y obras hechas en cerámica, Ruth Krauskopf tiene un espacio ganado en este soporte a través de una larga experiencia en el Taller Huara Huara.
Y ahora, desde este viernes 3 de junio, exhibirá una muestra en el Museo de Artes Visuales donde revivirá el arte alfarero que renació a fines del siglo XIX y comienzos del XX, con el objetivo de inclinarse por fabricar objetos domésticos utilitarios en vez de piezas artísticas.
A partir de esa idea, la artista chilena no cambia la estructura del material, sólo le da vida, zambulléndose en la investigación de dinámicas formas y dejando espacios de reposo para explorar y contemplar.
En palabras de uno de los curadores de la muestra, el artista Benjamín Lira (el otro es Ana María Yaconi), la estética de Krauskopf "entreteje esta herencia con el vigor de la simpleza y el refinamiento, con un eco de la sensibilidad de los maestros japoneses, que cultivan la legendaria cerámica gres de la ceremonia del té, por la sobriedad, la irregularidad y la aspereza de la greda. Krauskopf se zambulle en la investigación de dinámicas formas, e igual que los maestros nipones, deja espacios de reposo para explorar la mirada o la contemplación. Espacios incompletos, sin acabar, que son el lugar para la transformación, donde se incuba la sensación de que queda espacio para seguir expandiéndose".
Con la aplicación de brochazos rápidos de engobes o trazos monocromos de esmaltes, Ruth Krauskopf ayudará a revelar los contrastes y a percibir el verdadero sentido de la austeridad que busca y logra cuando termina por cuajar el territorio de la piel de barro.
Su exposición, que estará en el Museo de Artes Visuales (MAVI) hasta el 24 de julio, demostrará una vez más el especial lugar que la artista ocupa en la cerámica y la escultura gracias a su incansable investigación.