One Goh, el coreano-estadounidense que ayer disparó y mató a siete personas en la Universidad de Oikos, en California, llegó en busca de una mujer, administradora de la casa de estudios con el objetivo de asesinarla, pero al no encontrala, decidió tomar de rehén a una secretaria y entró con ella en una clase de enfermería. Fue entonces que abrió fuego, tras ordenar a los estudiantes que se formaran en fila y ellos no cooperaron. Seis mujeres y un hombre de entre 20 y 40 años, fueron sus víctimas según informa el diario local Oakland Tribune.

Este es el detalle que entrega la policía local, del hombre de 43 años, que mató por venganza y por las bromas de sus ex compañeros, según manifestó a la policía y en base a declaraciones de alumnos que lo notaban un "poco raro". Por eso One Goh, guardaba rencor contra los directivos de la universidad. Además, tenía deudas por miles de dólares en impuestos, y acababa de sufrir dos pérdidas familiares en el último año, una fue la muerte de su hermano, un militar de las fuerzas especiales que falleció en un accidente automovilístico, según la televisión local KGO.

Según el relato policial el coreano-estadounidense no tenía ningún historial criminal. Estudió Enfermería durante unos meses y a principios de este año, fue expulsado por su comportamiento errático. La violencia no encaja precisamente en la imagen de la pequeña Universidad Oikos, que predica los "valores cristianos" en su web. Allí, un alumnado mayoritariamente asiático estudia Medicina, Música, Religión y Enfermería. De hecho la mayoría de las víctimas eran inmigrantes de Corea, aunque también de Nepal, Nigeria y Filipinas.

Goh fue muy cooperativo con la policía, pero "no siente ningún remordimiento" por lo que hizo, dijo el jefe de la policía de Oakland, Howard Jordan. Goh se presentó una hora después del tiroteo en un centro comercial de Alameda y dijo a los empleados de un supermercado que había disparado a gente y debía ser detenido, informan medios estadounidenses. Según testigos, estaba tranquilo; casi como anestesiado, opinó una mujer, cita Dpa.

En los últimos años se han producido una y otra vez tiroteos en escuelas y universidades estadounidenses. En la universidad técnica de Blacksburg, en el estado de Virginia, un estudiante mató hace cinco años a 32 alumnos y profesores antes de suicidarse.

Tras el tiroteo de Oakland, la alcaldesa Jean Quan exigió que se cuestione la "disponibilidad de armas". Parece "como si en la última década nos hubiéramos acostumbrado a los asesinatos en masa y sin sentido", señaló.