Histórico

El auge de la comida orgánica: ¿moda o beneficio?

Esta tendencia alimenticia busca mejorar la salud y proteger el planeta.

La comida orgánica tiene como principal característica estar libre de sustancias químicas, como pesticidas o fungicidas que se usan en el cultivo industrial, por lo tanto, estos alimentos se obtienen de huertos caseros y cultivos en pequeña escala. Cuando se habla de animales, se refiere a que la carne proviene de vacas, pavos o pollos que fueron alimentados 100% con granos naturales y no recibieron ningún tipo de terapia hormonal.

De acuerdo a lo seguidores de esta tendencia, el fin de este tipo de alimentos es liberar al organismo de ciertas sustancias externas, que lo contaminan y generan enfermedades como el cáncer.

COMIDA ORGANICA
Si bien no existe una evidencia definitiva que afirme que los alimentos orgánicos son superiores nutritivamente, algunos nutricionistas insisten en que comer alimentos orgánicos abre un mundo de olores, sabores y colores a los que los consumidores normales no estamos acostumbrados. Pero todo eso tiene un alto costo.

En la actualidad la comida orgánica puede ser hasta tres veces más cara que la convencional, sin embargo, a medida que la tendencia va aumentando, los precios van bajando.

Cabe destacar que no es fácil sustituir completamente la comida a la que estamos acostumbrados, por un menú 100% orgánico. La idea es ir de a poco sustituyendo aquellos alimentos que creamos nocivos para nuestra salud, por otros más saludables, lo cual se verá rápidamente reflejado en nuestra salud y estado de ánimo. La clave está en mantener una alimentación variada que incluya, ojalá todos los alimentos de la pirámide alimenticia.

Parte importante del boom de la comida orgánica tiene que ver también con una nueva concepción sobre la contaminación y los desechos tóxicos. Sus más fieles seguidores aseguran que lo orgánico además de ser bueno para nuestro organismo, contribuye al medio ambiente reduciendo la cantidad de químicos y desechos sólidos que se generan en los cultivos industriales.

OTRAS MIRADAS
En junio de 2008, un estudio inglés realizado por el Departamento de Medio Ambiente de Gran Bretaña, describió los tres grandes mitos de la comida orgánica

El primer mito tiene que ver con la contaminación. Según el estudio Evaluación del Ciclo de la Vida, realizado por el Departamento de Medio Ambiente, Alimentos y Asuntos Rurales de Gran Bretaña y publicado por The Independent, la producción diaria de leche orgánica aumenta la emisión de gases de efecto invernadero.

Esto se debe a que las granjas al aire libre requieren más espacio para que las vacas se alimenten, por lo tanto, un litro de leche orgánica ocuparía un 80% más de tierra para ser producida que la leche convencional. De esta manera se liberaría 60% más de nutrientes a los cursos de agua, y se generarían más gases de efecto invernadero que emanan de los desechos de esos nutrientes, lo que contribuye en un 70% más a fenómenos como la lluvia ácida, que resultan de la contaminación.

El segundo mito tiene que ver con la sustentabilidad y es que aunque la comida orgánica utiliza menos energía para ser cultivada, sí necesita más combustibles fósiles para trabajar los campos de cultivos y arar la tierra.

Esto porque se requiere ocupar una mayor extensión para esta clase de agricultura, ya que una sola hectárea de agricultura convencional produce 2,5 veces más alimento que una hectárea de comida orgánica.

Por último, el Departamento de Medio Ambiente de Gran Bretaña, señala que la comida orgánica no es necesariamente más saludable y que no existen diferencias significativas entre los alimentos convencionales y orgánicos respecto de los contenidos en sustancias tales como vitaminas, nutrientes y componentes aromáticos.

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