Patricia Medrano, investigadora del Centro de Microdatos de la Facultad de Economía y Negocios de la U. de Chile investigó el tema y presentó un inédito estudio que constató que este incremento significa que la probabilidad de estar trabajando aumenta en un 13% y que la cantidad de horas trabajadas crezca en 4,48 horas.

El cuidado de niños y niñas en edad preescolar ha sido identificado como una de las principales barreras a la participación laboral femenina. En los últimos cuatro años, la política pública en Chile se ha focalizado, justamente, en la expansión de este servicio para ampliar las opciones laborales de las mujeres de menores ingresos. Pero, ¿está comprobado que esta expansión incide en una mayor participación?

En el Seminario "Cuidado Infantil en Chile: las barreras vigentes y desafíos futuros", organizado por ComunidadMujer, la investigadora del Centro de Microdatos, Patricia Medrano, presentó un estudio econométrico inédito realizado a la luz de los datos de la encuesta Voz de Mujer del Bicentenario, sobre el impacto de la ampliación de la red de salas cunas y jardines infantiles en el empleo femenino.

El estudio corrobora que hay un impacto positivo y estadísticamente significativo en la participación laboral femenina al aumentar los establecimientos de cuidado infantil. Un aumento en la cantidad de salas cunas y jardines significa que la probabilidad de participar en la fuerza laboral femenina aumenta en un 15,24%; que la probabilidad de estar trabajando aumenta en un 13 % y que la cantidad de horas trabajadas aumente en 4,48 horas.

Pero, a la vez la investigadora planteó una interrogante que aún no tiene respuesta y que pretende responder en el futuro tras nuevas investigaciones: ¿la mujer busca trabajo porque tiene sala cuna disponible o usa la sala cuna porque quiere trabajar?

Otros factores

Así como el aumento de salas cuna incide en una mayor participación laboral femenina, hay otros factores que también influyen positivamente, pero con menor significancia, como es el caso de la edad, el nivel educacional, si es jefa de hogar y si hay adultos femeninos en el hogar.

Lo contrario ocurre si es que la mujer tiene pareja, es decir, en este caso la probabilidad de que esa mujer participe en el mercado laboral, disminuye. Lo mismo ocurre con el quintil de ingreso, mientras más bajo sea, es menos probable que participe.