Francisco López va casi a diario a los talleres de Tamarugal, en Lampa. Allí están sus dos autos para el Rally Mobil: el de competencia, y el muletto para entrenar. Está, también, el buggy con que dará los primeros pasos competitivos en las cuatro ruedas del cross country. Y también está buena parte de las unidades del equipo nortino: autos, partes... Proyectos.

El curicano no descarta ni afirma. No se entusiasma ni se desanima. Es que, de verdad, no sabe aún cómo va a ser el progreso durante este año en el off road de autos. O en el mismo Rally Mobil, una competencia muy diferente al Dakar, pero de la que quiere aprender.

Cuando hizo oficial su partida de las motos, señaló a La Tercera que, muy probablemente, no se aparezca por el Dakar 2016, pues se necesita más que un año para aprender los secretos del cross country en autos, y hacer un buen papel. A pasear no va a ir.

Igual, asegura que nada está descartado. "Siempre estamos abiertos a cualquier eventualidad. Mi idea es empaparme de experiencia en el Rally Mobil este año. Y, en el fuera de ruta, correr el Desafío del Desierto, para hacer el Dakar 2017. O si no, el del otro año. ¿El de 2016? No está descartado, pero no está en la planificación de principio de año tampoco", aclara.

El curicano, mientras habla, mira detenidamente el N3 que correrá en el Rally Mobil, lo mismo pasa con el buggy. Pero sin que se note, le echa un ojo a un viejo amor, la última moto KTM que iba a usar en el Dakar de este año, que descansa sobre su camioneta. La marca se la regaló.

Por ahora, Chaleco se concentra en el UTV Polaris, un vehículo cuyo motor funciona parecido a una moto. Aún ni siquiera toma la decisión de si irá solo o con un navegante, aunque asegura que más le seduce ir con un mecánico, que lo ayude ante desperfectos. El plan es hacer unas tres fechas, partiendo por el Desafío del Desierto, desde el 30 de abril.

"El buggy es para un proceso. Que no sea tan fuerte si algún día me toca subir a un auto de una categoría del Dakar. Que no sea un paso del Rally Mobil a un auto off road, pues sería muy fuerte. Este buggy está perfecto para eso", dice López.

Sobre presentarse en el Dakar 2016 agrega que "si en el año se presenta una posibilidad, obviamente estamos abiertos a hacerlo. La idea es poder andar en cuatro ruedas lo más posible. Tenemos tres autos para hacer un trabajo bien hecho. Yo trabajaba en las motos de manera bien profesional y, ahora, quiero hacer lo mismo".

Tamarugal XC, el gigantesco team copiapino, será el que le dé soporte para ambas aventuras. El jefe del equipo, Javier Campillay, comenta que ve a López en el próximo Dakar: "Chaleco siempre fue de la casa, siempre estuvo apoyado por la empresa Transportes Tamarugal. Por eso, estamos súper contentos de tenerlo acá, visitándonos a diario, con sus nuevos autos. En el cross country hay un proyecto que se está presentando y espero que tenga buen resultado, para que Chaleco nos pueda acompañar en las cuatro ruedas ya en el próximo Dakar".

El curicano, por su parte, declara que "he tenido la fortuna de entrar a este equipo Tamarugal, que me da acceso a sus mecánicos, su auto".

Un auto para él

Precisamente, el futuro de Chaleco podría ser amarillo. En los galpones, junto a los autos de López están las tres unidades SAM-Mercedes que tan buenos resultados les ha dado a los Campillay y a Rodrigo Mamoro Moreno. Los están renovando, los técnicos alemanes vinieron, se fueron, y volverán en los próximos días con nuevas piezas, para dejarlos como nuevos. Y mejores.

La gran duda es si Omar Campillay, el patriarca de la familia y del equipo, volverá a subirse a uno de los coches en el próximo Dakar. Ganas no le faltan, los buenos resultados lo han acompañado y sus 65 años no son impedimento. Sí su trabajo, que le quitaría tiempo de entrenamiento, dicen en su entorno.

Habría un auto libre. "Ese es el que usaría Chaleco este 2016", dice casi sin darse cuenta un miembro importante del equipo Tamarugal, mientras Francisco López está lejos, probando el N3. No lo escuchó.