La batería parece sacada de un anticuario y el piano está incrustado en un mueble blanco, cubierto con mosaicos de espejo y patas de madera. Entremedio de grandes amplificadores cubiertos con pequeñas ampolletas se ven palmeras y girasoles. Los retornos muestran luces de neón y el teclado esta detrás de una luminosa letra K ubicada al centro de un escenario que más parece una moderna tienda de decoración. Las máquinas de humo dan la bienvenida y The Killers aparece con uno de sus últimos golpes ganadores para arrancar con el show que la noche del jueves ofreció en la explanada del Monumental de Lima, Perú.

Suena Human y esa extraña frase que en el coro, heredero de New Order, pregunta si "somos humanos o bailarín (sic)" tiene una respuesta definitiva. Cerca de 30 mil personas no paran de agitarse con el  repertorio del cuarteto que estará el domingo 29 de este mes en Movistar Arena.

De apariencia frágil y energía desbordante, Brandon Flowers se mueve de lado a lado del escenario para repasar varios de los hits que en los últimos cinco años han estampado en veinteañeros del mundo entero. Un par de horas antes del show, el mismo Flowers se detiene para explicar el ascenso que su banda ha logrado en sus tres discos. "Ha sido todo muy rápido. Estoy orgulloso de lo que hemos hecho en tan poco tiempo. En 2004 salió nuestro primer álbum, espero que seamos una de las bandas más importantes de la próxima década. Estamos mejorando, tenemos el camino abierto", dice el cantante.

El mismo tipo reflexivo, serio y con cara de chico bueno que horas más tarde se transforma. Ahora está de negro, con bototos y unas hombreras de plumas, trepado arriba de los parlantes animando a una masa que se rinde ante las invitaciones al baile: Mr. Brightside, Read my mind y All these things I've done, con papel picado hacia el público incluido.

Un fondo de colgantes de LED con proyecciones completan el cuadro de un número que lleva un año y medio encabezando festivales como Coachella y T in the Park. Un show que incluye una cita a Elvis (Can't help falling in love), el envolvente sonido del bajo de Mark Stoermer y un remate con When you were young, después de 19 canciones en una hora y 40 minutos. "Es un show que siento muy fresco y potente, tiene ese brillo y glamour que hay en Las Vegas", adelanta el cantante y tecladista, que a fines de la próxima semana arribará a Santiago con su banda.

DATOS
- 19 canciones en una hora y 40 minutos contempla el show que darán acá.
- Entradas: La productora informa cerca del 70% vendido. Boletos en Puntoticket.