El explosivo se va preparando. De un lado y de otro juntan pólvora para una bomba que explotará poco antes de la Copa América y que pondrá en jaque la preparación de las selecciones sudamericanas para el torneo que se disputará en Chile.

Hay dos fechas del calendario europeo que complican a los técnicos del continente. La cita que se realizará en Chile arrancará el 11 de junio. Cinco días antes se disputará la final de la Champions League y sólo cuatro antes del puntapié inicial en el Estadio Nacional se jugará la definición de la Copa Italia. Ambos torneos son considerados prioritarios por la FIFA, entienden en la ANFP.

Es decir, temen que los clubes no tengan la obligación de liberar a sus jugadores para la preparación con sus respectivos combinados nacionales.

Un tema no menor si se toma en cuenta que todos los seleccionadores desearán tener con anticipación a sus futbolistas, y no encima de la fecha del debut, con el consiguiente desgaste que supone un viaje intercontinantal, jet-lag incluido.

Chile ya planifica su preparación. Jorge Sampaoli quiere juntar a sus jugadores durante diez días y aislarlos de la presión ambiental que se ha generado en torno a sus posibilidades de conseguir, por primera vez el título del torneo. Incluso, baraja la opción de ingresar al territorio nacional sólo cinco días antes del choque frente a Ecuador, que inaugurará el certamen. A la sensación de triunfalismo que crece, por cierto, también ha contribuido el optimista discurso de sus pupilos, que siguen repitiendo que están para hacer historia.

Antes del duelo con Irán, el transandino fijó su postura. "Vamos a hacer lo que dice el reglamento", explicó. El problema radica en que la postura de la FIFA derribaría esa aspiración y defendería los intereses de los clubes  europeos que, finalmente, realizan grandes esfuerzos económicos para mantener a sus futbolistas en sus respectivas plantillas.

Chile, hipotéticamente, tendría cuatro involucrados en esta disputa que se avecina. Claudio Bravo y Arturo Vidal podrían estar en la definición de la principal competencia de clubes del viejo continente. El volante se repetiría en una posible final de la Copa Italia con Juventus, que también podría considerar a David Pizarro y Matías Fernández por la Fiorentina. Es más. Si los turineses avanzan en la Champions, tendrían que reprogramar la de la competencia criolla, que sólo quedaría separada por un día de la definición continental (6 y 7 de junio).

Todos se preocupan

Sampaoli no es el único que está inquieto por el asunto.  Hace una semana, el seleccionador argentino Gerardo Martino criticó la calendarización y el eventual choque de fechas. "Tenemos mucha necesidad de contar con los jugadores desde el primer día, no será una decisión fácil, pero se contemplan muy poco las necesidades de lo que pasa de este lado del mundo", dijo el entrenador argentino.

El problema, entonces, podrían tener que llegar a dirimirlo los futbolistas, a quienes tampoco les convendría demasiado optar por uno de los compromisos en desmedro del otro. "Tienen muchas ganas de participar de la Copa América, pero también van a tener ganas de jugar la final de la Champions", dijo el Tata. La disyuntiva es dura.  Quizás tanto como el conflicto que, silenciosamente, amenaza con llegar a fraguarse.

Es más, la pelea podría estirarse hasta el próximo año, cuando el calendario de selecciones ofrece Copa América Centenario y Eurocopa. Habrá que ver si la planificación es tan desprolija como la actual, considerando que, para esa oportunidad, las selecciones europeas serán las que pujarán para contar con la debida antelación con sus principales figuras.