En el Monumental cuentan que Pablo Guede tuvo un cambio radical, que la actitud de winner con la que llegó a Colo Colo se esfumó hace rato, que ya no es más ese técnico poco comunicativo con el plantel, sino que al contrario, ahora está más abierto, conversador y preocupado de cada uno de sus jugadores. En otras palabras, que el entrenador albo varió para bien, que dejó a un lado los aires de puto amo que tuvo en los primeros meses de su etapa. Un giro que es celebrado en el vestuario y que se traduce ahora en buenos resultados: el conjunto de Pedreros suma cuatro victorias consecutivas.

Sin embargo, no fue fácil para el argentino su inicio al mando del Cacique. Tres derrotas seguidas como local en el Torneo de Apertura lo tuvieron en una posición muy complicada ante el camarín y el directorio de Blanco y Negro. El desequilibrio del equipo llenó de dudas su proceso y los hinchas se lo hicieron saber en el estadio, sobre todo tras la caída ante Deportes Iquique, donde varios aficionados pidieron su salida.

Lo cierto es que Colo Colo repuntó. Un alza que coincide con el cambio de estilo del adiestrador, y también con sus variadas y llamativas cábalas, como poner una estatuilla de San Expedito en la banca, cambiarse a la del equipo visitante, usar una chaqueta de talla más grande, o plantar ruda afuera del camarín. Como sea, ahora su escuadra tiene opciones válidas de ser campeón, tanto en el campeonato nacional como en la Copa Chile. Hasta la suerte parece estar con él, ya que además se aseguraron participar en un torneo internacional el próximo año.

"Al principio no era de hablar mucho con los jugadores, salvo con Paredes o Valdés, que son los que manejan el camarín. No era muy cercano, aunque no se llevaba mal con el plantel. En cambio ahora habla con todos y está preocupado de cada detalle, hasta de cómo está la familia", apuntan en ByN.

A su favor también suma el haber encontrado, por fin, un esquema y una oncena base, ya que las numerosas rotaciones que realizó en un comienzo provocaron confusión en la interna del Cacique, donde ahora sólo se respira optimismo.

Ni siquiera perderá al contundido Julio Barroso. El Almirante sólo sufrió un pancorazo y, aunque tiene mucho dolor, está apto para jugar la revancha ante Cobreloa la próxima semana.

Paredes, sin despedida

Esteban Paredes y Colo Colo sellarán el próximo martes la renovación de contrato por un año. Así, el goleador permanecerá en Macul hasta fines de 2017.

El deseo del ariete es terminar su carrera en el club. Sin embargo, el nuevo pacto no considerará la organización de una despedida. Inicialmente, ByN había mostrado la intención de facilitarle el Monumental y el primer equipo para un eventual homenaje. Eso sí, la oferta afectaba el salario de Paredes, por lo que, por ahora, quedó descartada.

El nuevo pacto tampoco impediría que el artillero continúe su carrera en otro lugar, si así lo determina. Tanto el futbolista como su entorno mantienen la esperanza de que Paredes conserve su actual nivel, lo que abriría, eventualmente, dos posibilidades: volver a alargar por un período corto la permanencia en el Cacique o aceptar alguna propuesta desde el extranjero. Recién en octubre del próximo año Paredes analizará su futuro como futbolista.