"Ni con diez (policías) me hubieran pillado en la calle", les advirtió Christopher Hidalgo Castro a los carabineros de la Sección Prófugos de la Dirección de Investigación Criminal, que el lunes pasado lo detuvieron en un Centro de Salud Familiar en la comuna de El Bosque.

El sujeto, de 33 años, había llegado hasta allí para acompañar a su pareja a su último control antes de dar a luz a su segundo hijo y el tercero de Hidalgo.

Junto a ella permaneció durante los dos años y nueve meses que estuvo prófugo, esto porque fue sindicado por el Ministerio Público de participar en la "barrida" que en la noche del 22 de octubre de 2014 realizó con la "Legión 38" -el grupo neonazi al que pertenecía- y que terminó con Isaac Araya muerto de cinco puñaladas en la intersección de las calles Pajaritos y 5 de Abril, en Maipú.

Por el asesinato del joven punk, y las lesiones que sufrieron otras seis personas que lo acompañaban, fueron detenidos, formalizados y llevados a juicio seis individuos. Sin embargo, Hidalgo logró evadir a la justicia. ¿Cómo lo hizo? Según el mayor Diego Rojas, de la Dirección de Investigación Criminal de la policía uniformada, "El Bestia" -como es conocido- contó con una importante red de apoyo conformada principalmente por familiares de su pareja.

"Después del crimen, este tipo desapareció. Dejó de usar teléfono, las redes sociales y todo lo que pudiera dar indicios de dónde se encontraba", explica el oficial.

Pese a ello, el fiscal que indagó el caso, José Solís, revela que "El Bestia" cometió un error.

Casi un mes después de haber participado supuestamente en la agresión que terminó con la vida de Isaac Araya, se le indaga por su presunta participación en otro ataque, esta vez en el centro de Santiago. "En esa oportunidad, en compañía de una mujer, golpeó a tres personas que pensó eran extranjeros, pero resultaron ser chilenos", dice el persecutor de la Fiscalía Occidente.

Mientras lanzaba puñetazos y patadas, a Hidalgo se le cayó un teléfono en el que tenía los contactos de los miembros de la "Legión 38", fotografías junto a ellos y hasta un currículum vitae.

Gracias a eso lograron dar con la vivienda en la que se ocultó en la comuna de El Bosque, donde había montado un estudio para realizar tatuajes que aún tiene una página en Facebook y donde el "Bestia" se hacía llamar "Cristian Tattoart".

Pero llegar a él no era tan fácil, ya que primero había que pasar un filtro a través de mensajes en la misma red social o a través de WhatsApp. "De eso se encargaba su pareja, quien posteriormente describía a las personas que solicitaban ser tatuadas. Si despertaban alguna sospecha de que pudiesen ser efectivos policiales, no eran aceptados", afirma el mayor Rojas.

El 3 de octubre del año pasado, y luego de varias semanas de seguimiento y vigilancia, Carabineros ingresó al domicilio donde se ocultaba Hidalgo.

"No voy a entregar al padre de mi hija", les gritó Jessica Durán a los funcionarios que allanaron la casa donde encontraron fotografías y numerosa literatura nazi, pero no a la persona que estaban buscando. "Logró escapar porque todas las casas que estaban alrededor de donde se escondía eran de familiares de su pareja", subraya el fiscal Solís, quien agrega que Hidalgo también se ocultó en El Tabo y la parte alta de Valparaíso antes de ser detenido en El Bosque.

Violento y narcisista

Nacido en una familia de clase media, Hidalgo se crió en Maipú. Allí asistió al Liceo Politécnico Hannover donde se licenció de cuarto medio y obtuvo la mención en técnico electrónico mecánico digital. Pero por esos años hubo un hecho que generó un quiebre en su vida y lo acercó al nazismo.

Según un informe de la Sección Prófugos de la Dirección de Investigación Criminal, tras ser detenido "El Bestia" manifestó "repudiar a su madre y hermanas por abandonar a su padre", momento en el que comenzó a consumir literatura relacionada con el nacionalsocialismo y a practicar artes marciales.

"Es cinturón negro en jiu-jitsu y usaba sus conocimientos para salir a hacer barridas, es decir, a golpear inmigrantes", relata el mayor Rojas, quien añade que el masivo arribo de extranjeros es algo que molestaba a Hidalgo.

"Es un sujeto violento, con una marcada personalidad narcisista. Incluso dentro de sus pares se caracteriza por no sociabilizar demasiado con su entorno, catalogando a los nazis chilenos como una 'feca', gente que predica y no practica el nazismo", señala el informe elaborado por Carabineros, que resalta que Hidalgo lleva 15 años viviendo como un neonazi.

El mismo texto subraya que durante su detención y traslados el imputado explicó que no solo "organizaba ataques (barridas) a grupos de extranjeros de raza negra", sino que también a tribus urbanas como los punk.

Antes de ser puesto a disposición de Gendarmería, apunta el informe, el detenido "demostró preocupación por su próxima estadía en prisión, haciendo comentarios textuales como 'puedo pelear a mano limpia con uno, dos, tres hasta cuatro (extranjeros), pero si vienen en grupo puede que me golpeen".

Si bien Hidalgo fue formalizado por homicidio y quedó en prisión preventiva, su futuro procesal es incierto.

Ello porque su abogado, Iván Guevara, presentó una apelación para revocar la medida cautelar, argumentando que "las víctimas que se encontraban con el occiso no logran reconocer al imputado", y que "no existe evidencia material, como vestimentas o el cuchillo", que indiquen que "El Bestia" haya propinado heridas cortopunzantes al fallecido.

Pero eso no es todo. Pese a que en junio el Quinto Tribunal Oral condenó a uno de los atacantes de Isaac Araya a 13 años de cárcel, el fiscal Solís recurrió de nulidad; por lo tanto, podría realizarse un nuevo juicio en el que esté presente Hidalgo. Todo quedará claro el 11 de agosto, cuando la justicia haga pública su decisión.