Enzo Yáñez (31 años) respira un poco más aliviado. Piensa en sentarse frente al lago Llanquihue junto a Camila, su polola, y relajarse. Acaba de correr el Maratón de Temuco a un ritmo rarísimo, que lo tuvo superando la hora y 10 minutos en los primeros 21 kilómetros, pero después perseguiendo al paraguayo Derlis Araya, que se desató en busca de la corona Sudamericana y nacional de la especialidad. Y lo alcanzó.
"Estuvo duro, no fue como el año pasado. Primero corrimos muy cómodos, pero después se hizo un cambio brusco que todavía me tiene adolorido", reconoce el fondista, quien con el de ayer apenas suma tres maratones en su currículum.
Temuco es especial para Yáñez. Aquí, cuando completó sus primeros 42k el año pasado, consiguió la clasificación a los Juegos Olímpicos de Río, en los que fue 108º. Ahora también obtuvo boletos importantes: se consagró campeón sudamericano y chileno en dos horas 18 minutos y 33 segundos, anotándose como el primer representante de la región en la especialidad en los Mundiales de Atletismo de Londres, que se disputarán en agosto.
El romance entre Enzo y el maratón aún es joven. Fue hace casi dos años, tras una lesión en el tendón deAquiles cuando decidió abandonar los 3.000 y 5.000 metros y comenzar por los 42 kilómetros. "Tuve una callosidad ósea en el tendón y con mi polola, que es kinesióloga y prácticamente mi mánager, preferimos cambiarnos de disciplina. Era eso o olvidarme del deporte", cuenta el profesor de Educación Física.
Prepararse para este desafío no fue sencillo. Inserto en un estricto régimen, respetando horas de descanso y entrenamiento, pensar en un trabajo convencional no es opción. Sin embargo, ha buscado enseñar atletismo a niños y jóvenes, pero aún nadie se interesa por sus servicios. "Aunque no lo creas, no me han ofrecido trabajo en nada. Después de que corrí en Río, busqué trabajo en los talleres recreativos del IND, porque tienen horarios más flexibles para poder entrenar, pero nada, nunca me llamaron".
Una beca Prodar y el auspicio de una marca deportiva le valen hasta ahora al nuevo campeón para continuar en carrera. Incluso fracasó en todos los proyectos que presentó para trabajar en este desafío y debió costearse con dineros propios la preparación para esta competencia.
Eso sí, el apoyo de su kinesióloga, su novia, es algo incondicional. "Ella y mi familia son mis apoyos", asegura. Con ella es con la que ahora, buscando obtener uno de los premios, analiza correr en los 21 kilómetros del Maratón de Santiago. Aunque sabe que antes que el dinero está su cuerpo, pues, una lesión lo puede sacar de competencia para Londres.
Yáñez ahora está desocupado.Ya ha corrido mucho -800 kilómetros a la semana, durante un mes- y también visitado muchas oficinas con su CV bajo el brazo. Prefiere no pensar tanto y mejor descansar hasta nuevo aviso.Se moverá por deporte o por trabajo, pero se moverá.