Mario Salas asumió a fines de noviembre de 2012 el mando de la Sub 20. Llegó para salvar la crisis que generó, tras un largo período de preparación, la renuncia de Fernando Carvallo, en solidaridad por la salida Roberto Hernández, que estaba a cargo de las selecciones menores.

El ex volante de Colo Colo tenía menos de dos meses para imprimir su sello a un equipo que venía armado. Y lo logró en su estilo, con motivación, recordando su época de rugbista y apelando a una forma de ver la vida que lo acompaña desde que era joven: el ideario del "Che" Guevara.

Salas (45 años) estudió en el colegio Mackay de Reñaca. En esa época descubrió dos pilares de su vida el rugby y a Ernesto "Che" Guevara.

 "Le hacía bromas en contra de todo lo que me decía al respecto. El tiene sus ideas y las dice", recordó en una nota para La Tercera Nelson Acosta, que lo dirigió en Unión Española y después lo tuvo como ayudante.

Salas decidió después aprovechar esos conceptos para potenciar su trabajo como entrenador. Una prueba fue durante la excelente campaña que realizó con Barnechea el año pasado, En el cuadro de Primera B tenía un cuadro del "Che" en la oficina y usaba mucho sus consignas con los jugadores.

Y lo mismo aplicó ahora en la "Rojita". En ambos casos, a veces les habla directamente del personaje que lo inspira y en otras sólo lanza las frases para motivarlos. Y en algunos casos, sus dirigidos le pregunta o buscan el origen de la sentencia. "¡Hasta la victoria siempre!" es uno de los gritos con los que, por ejemplo, termina los entrenamientos.

"Sigo y aplico en el fútbol los fundamentos doctrinarios del 'Che' Guevara. Los llevo a la práctica, porque soy un convencido de que si a los jugadores les entregamos sus principios, sus ideas fundamentales y lo interiorizan, serán provechosos para el objetivo grupal, que en este caso es clasificar al Mundial", comentó ya en Mendoza a La Tercera.

UN TALENTOSO
El rugby fue otro de los elementos que forjó su carácter. En la década de los 80 compartía su tiempo entre este deporte, en los Old Macks, y las inferiores de Everton. En el primero era considerado un talentoso y hasta jugó por la selección juvenil nacional en un Sudamericano disputado en Mendoza, en 1986.

En el fútbol, era un luchador, de marca fuerte que jugaba como volante de contención. Y optó por esta camino cuando en Everton lo subieron al primer equipo, pero sin olvidar el concepto de unión de equipo que es tan importante en el rugby.

Hoy, afirmado en estos pilares disfruta de la clasificación al Mundial Sub 20 de Turquía.