Aparte del Superclásico en la cancha, Jorge Sampaoli y Américo Gallego tuvieron otro duelo en las bancas que tuvo pendiente al público. Así lo vivieron ambos técnicos.
Gallego: Se paseó permanentemente. Gesticuló como habitualmente lo hace y retó a varios jugadores. En este último aspecto, Luis Pávez fue uno de los que más sufrió al "Tolo". "Tienes que seguirlo. Es tu marca", le gritaba el DT al ex Palestino, pidiéndole seguir a Guillermo Marino.
Las impresiciones de Jorquera y las de Millar lo hicieron reaccionar, reclamando duro hacia el banco. Lo mismo sucedió cuando el discreto Enrique Osses sancionaba en contra de los albos o no pitaba algún foul.
Gallego, estuvo permanentemente al borde del campo, entregando instrucciones a Ezequiel Miralles, quien las distribuía dentro del terreno. Lo mismo realizaba con Paredes y Millar, quienes ordenaban al equipo a pedido del "Tolo".
El gol albo o festejó efusivamente con sus asesores, mientras que no se cansó de reclamar y tomarse la cabeza, tras el penal del empate azul. "No puede ser, no le cobró uno a Rubio y sí lo hizo al revés", repetía enojado al momento del penal universitario. El 2-1 que anotó Rivarola, lo dejó sin reacción y sólo un par de manotazos al aire acompañaron el tanto que cerró el partido y que lo dejó sin reacción al borde del campo.
Sampaoli: Se movió todo el partido, como es su costumbre, por el frente de su banca. En el primer tiempo quedó en frente del ataque azul y las instrucciones para los dos Vargas fueron recurrentes. Lo mismo hacía ordenando a Aránguiz y Seymour en el sector medio. "Rápido, con velocidad", les repetía a sus jugadores cada vez que pasaban por su frente en un ataque de la "U".
Osses sufrió sus reclamos en un claro foul a Marino, al borde del área alba, que el juez no cobró. Lo mismo, hizo cuando el árbitro sancionó varias faltas seguidas de José Rojas a Miralles. "Le saca la pelota", le reclamaba a Osses y al cuarto árbitro.
En el gol albo gesticuló hacia su banca, pues perdieron las marcas en el juego aéreo. Y sintió el golpe, porque dio instrucciones para motivar al equipo, pero sus paseos pararon.
El penal y el empate lo hicieron festejar, mientras que el gol de "Goku" lo hizo saltar y de inmediato acercarse al campo a dar instrcucciones. "A cuidar el balón, no queda nada", les repetía, para finalmente, abrazarse con su banco y su gente.