Los Juegos Olímpicos, un producto de éxito indudable, necesitan una revisión profunda para mantener su atractivo ante público, atletas, patrocinadores y ciudades candidatas. Esta es la conclusión a la que ha llegado el COI, y para la que buscará soluciones urgentes a partir de mañana en Mónaco.

La Comisión Ejecutiva del organismo (viernes y sábado) y la Sesión Plenaria (lunes y martes) se reunirán en el Principado para debatir y, en principio, aprobar cuarenta proposiciones que permitirán, por ejemplo, que los Juegos cedan algún deporte a otra ciudad o a otro país, y que se incluyan nuevas pruebas, más populares entre los jóvenes.

El alemán Thomas Bach, presidente del COI desde hace apenas quince meses, abrió nada más llegar al cargo sucesivas rondas de consulta, para preparar lo que bautizó como Agenda 2020. Las 40 propuestas han sido consensuadas con las federaciones, los comités olímpicos nacionales y los representantes de los atletas, por lo que no se prevén grandes obstáculos para su aprobación.

"Habrá debate, pero no pelea", ha asegurado Juan Antonio Samaranch, miembro de la Ejecutiva del COI. "Saldrán temas, pero la Agenda 2020 no es un producto de laboratorio liderado por Bach. Todos los que querían aportar alguna idea han podido hacerlo".

Los 50.000 millones de dólares que se gastó Sochi en organizar los Juegos de invierno del pasado febrero han sido una losa para otras ciudades con aspiraciones olímpicas, hasta el punto de que para los Juegos, también de invierno, de 2022 el COI se encuentra con una triste oferta de solo dos candidatas, Almaty y Pekín.

"Tenemos que hacer los Juegos más atractivos para las ciudades candidatas. La gente viene asustada", admitió Samaranch.

Por ello, una de las principales propuestas que se debatirá en Mónaco será un cambio en el sistema de elección de las sedes, a las que, en lugar de exigirles que cumplan unos requisitos, se "invitará" a que presenten los proyectos que mejor respondan a sus necesidades económicas, sociales, medioambientales y deportivas. Unos Juegos a la carta.

El organismo internacional pagará la visita a las ciudades de la Comisión de Evaluación, una enorme fuente de gastos para las candidatas, que tiraban la casa por la ventana en su deseo de impresionar a los examinadores.

La ciudad organizadora de los Juegos podrá llevar pruebas deportivas a otras ciudades del mismo país y, de forma excepcional, a ciudades de otros países, con la condición de que se respete la integridad de la Villa Olímpica.

"Gran parte del carácter único de los Juegos nace en la Villa Olímpica. Eso distingue a los Juegos de los campeonatos del mundo", advirtió Samaranch. "Ese espíritu hay que mantenerlo muy vivo".

Respecto a la posibilidad de trasladar competiciones a otros países, el miembro del COI considera que se reservará para deportes muy concretos, como la vela si la ciudad sede no tiene mar, o el bobsleigh, cuyas instalaciones son escasas y caras.

"Los Juegos seguirán siendo concentrados como hasta ahora, pero si hay que llevar alguna prueba a otro sitio, que las fronteras no sean un problema insalvable", resumió Samaranch.

La Agenda 2020 también recomienda eliminar el límite de los 28 deportes en los Juegos de verano e ir a un programa basado en el número de pruebas, 310, siempre que no se pase de 10.500 atletas.

La vía prevista para cuadrar las cifras es que los deportes que reparten más medallas dejen sitio a los nuevos. "Para una federación es un drama decirle que tiene que salir de los Juegos, pero si le pides que ceda tres pruebas, la tensión es menor", opinó Samaranch.

El hijo del que fue presidente del COI entre 1980 y 2001 precisó que no quieren prolongar innecesariamente la reforma del programa: "Si de Mónaco sale la carcasa, el contenido del nuevo programa con nombres y apellidos puede estar listo para la Sesión de Kuala Lumpur", en julio.

El primer gran cambio podría ser la admisión en Tokio 2020 del béisbol y el sóftbol, deportes muy populares en Japón y que salieron de los Juegos para dejar sitio al rugby y el golf.

Se debatirá igualmente que la Carta Olímpica incluya la no discriminación por orientación sexual entre uno de los principios fundamentales del olimpismo, en respuesta a la polémica surgida durante los Juegos de invierno de Sochi, tras la aprobación en Rusia de leyes contra la propaganda homosexual.

También se tendrá en cuenta el respeto a los derechos laborales en el país organizador, un asunto que ha salpicado a la FIFA tras la concesión del Mundial de fútbol de 2022 a Qatar.

La creación de un canal olímpico de televisión de alcance planetario que funcione los 365 días del año y el reforzamiento de las medidas de control económico y ético son otras de las recomendaciones de la Agenda 2020.

El COI aprovechará las reuniones de Mónaco para pasar revista a la organización de los Juegos de Río 2016 y para elegir la sede de la Sesión del año 2017, con Lima y Helsinki como aspirantes.