La Presidenta estaba preocupada. Así lo había venido transmitiendo a su entorno Michelle Bachelet desde hacia un par de semanas. A un cercano le dijo que la tenía intranquila la campaña de Eduardo Frei y que temía que el candidato de la Concertación perdiera; incluso, que no pasara a segunda vuelta. Si en mayo ella decía en entrevistas que el éxito de su gobierno no dependía de a quién le pasara la banda en 2010, en el último mes ha dicho en privado que para ella es inimaginable pasar a la historia como la Presidenta concertacionista que le entregó el gobierno a la derecha.

A sus asesores les requirió información. A su jefe de gabinete, Rodrigo Peñailillo, y a la jefa de programación y su amiga, María Angélica Alvarez, les consultó qué sabían sobre lo que pasaba en el comando. Ya le habían llegado comentarios de que las cosas no andaban bien en Bilbao 1159. Bachelet estaba convenciéndose de abandonar la actitud de apoyo moderado para pasar a la ofensiva. Saldría a apoyar a Frei.

Esa reacción era, justamente, la que venía buscando el comando hacía semanas. Por vías diversas se había bombardeado a La Moneda con emisarios que transmitían un cuadro de deterioro general de la campaña. Hasta los ministros Edmundo Pérez Yoma, Andrés Velasco, José Antonio Viera-Gallo, Carolina Tohá llegaron distintos mensajeros, como el asesor comunicacional, Eugenio Tironi; el jefe de comunicaciones del comando Pablo Halpern, o el encargado territorial, Jorge Pizarro. "Sólo Bachelet puede solucionar esto", era la consigna en todos esos mensajes.

La campaña estaba estancada, Frei no lograba crecer en su intención de voto, mientras Marco Enríquez presentaba leves, aunque sostenidas alzas, les decían a sus interlocutores. El trabajo territorial tampoco rendía frutos; con un candidato pegado en el segundo lugar, los postulantes a la Cámara no estaban usando la foto de Frei ni pidiendo el voto. Como evidencia del desorden se mencionaba el peso que había ganado la familia de Frei en la toma de decisiones. Algunos hasta hablaron de que en  Bilbao se estaba instalando una sensación de "pánico".

BACHELET TOMA LA INICIATIVA
En ese ambiente, la Mandataria dio un primer paso y le pidió a inicios de octubre a Mahmud Aleuy, subsecretario de Desarrollo Regional, que "apagara incendios" y desanudara conflictos que pudieran derivar en pérdida de votos. Su última tarea fue entrar a la negociación por el paro de los profesores. En la reunión del jueves en La Moneda, luego de que se rompiera la mesa negociadora, Aleuy transmitió que Bachelet exigía una solución pronta. La Mandataria le habría dicho, según cuenta un cercano a la negociación, que este conflicto podría ser un problema grave para Frei, especialmente en zonas como Valparaíso, donde los colegios se han visto más afectados por las continuas paralizaciones y donde la votación del DC está débil.

En paralelo, Aleuy intensificó sus contactos con el encargado territorial del comando, Jorge Pizarro. Desde que éste asumió el cargo en agosto, el subsecretario le ha traspasado información de los apoyos electorales a nivel comunal. Sólo esta semana el DC estuvo dos veces en La Moneda.

EL DESEMBARCO

El candidato estaba también consciente de los problemas de su campaña. La tercera semana de octubre transmitió a Halpern su preocupación por el estancamiento. Dijo que necesitaba cambios en el equipo y el apoyo de La Moneda.

Halpern, entonces, conversó con el jefe de comunicaciones de Palacio, Juan Carvajal. Se conocen desde que el primero ocupó ese puesto en La Moneda (1994-1998) durante el gobierno de Frei y el militante PS era parte de su equipo. También trabajaron en la campaña de Bachelet, pero a dos años de que ella llegara a La Moneda, Carvajal se distanció de Halpern. Con la nueva campaña retomaron el contacto. De acuerdo a quienes conocieron de esos diálogos, allí comienzan a delinear la materialización de una idea: que Frei aparezca como el único heredero político de Bachelet. Un lugar en el que Enríquez estaba tratando de posicionarse.

El paso más importante se produce cuando Frei llama a la Presidenta. Diversas fuentes consultadas coinciden en que el S.O.S. del candidato se dio el viernes 16. La conversación la conocen, además de la Presidenta y el ex mandatario, Halpern, Velasco y Carvajal. Los cinco protagonistas de la operación desembarco de La Moneda. Una estrategia que se tenía pensada para la segunda vuelta, pero que dada la situación de riesgo de la campaña, en el gobierno optan por adelantar.

En el diálogo, de acuerdo a como fue luego transmitido a terceros, Frei agradeció a Bachelet los gestos hacia su campaña. Pero no era suficiente: necesitaba una política de gobierno que lo ungiera como el heredero. No hay coincidencia entre las fuentes si Bachelet le ofreció que su madre, Angela Jeria, entrara a la campaña o si Frei se lo pidió.

El hecho es que esa misma tarde la madre de Bachelet recibió el primer llamado desde el comando y el domingo por la noche la contactaron  para pedirle que el lunes 19 fuera a la casa de Frei en calle Baztán. Esa mañana fue recibida en la puerta por Halpern, quien momentos antes había dado la bienvenida a la vocera Paula Narváez. A esta última el candidato le anunció que debía asumir nuevas funciones, las mismas que antes tenía Sebastián Bowen. El joven que había llegado en abril para mostrarse como el puente entre generaciones, ya casi no tenía qué hacer en el comando. Bowen fue el primer caído en esta operación.

Para entrar, desde el gobierno promovieron un cambio en los ejes temáticos de campaña. Se fijan cuatro: hablarles a los votantes que fluctúan entre Frei, Enríquez y Jorge Arrate;  transmitir que se debe poner fin a los abusos que el mercado genera en la sociedad; cambio en las prácticas políticas que los electores desprecian y elegir un solo eje de contenido (se define que será Educación).

EL DOMINGO DE VELASCO
"Velasco es la única carta que vale". Así de tajante es uno de los partícipes de la campaña de Frei que busca traspasar el respaldo de Bachelet.

Hasta el domingo 18 el ministro mejor evaluado no había asistido a una actividad de Frei desde el "Caupolicanazo" de junio. Velasco se había distanciado de la campaña. En agosto el candidato promovió ante la CUT reformar el Código Laboral, un tema que el ministro no quería que se tocara. Reclamó al comando por el hecho; pero no tuvo eco entre quienes opinaban que él no podía controlar el gobierno y la campaña.

En el marco de esta nueva alianza gobierno-Frei, Velasco acompañó al candidato el domingo 18 a hacer "puerta a puerta" a Estación Central. Pero antes se tomaron un café los dos, más Halpern.
El candidato le planteó los problemas que tenía en la campaña, aunque no le pidió que dejara el gobierno para sumarse.

Si bien esta idea es otra de las programadas para segunda vuelta, el gobierno y el jefe de comunicaciones del comando coinciden en que debe adelantarse.

El problema ha sido que Velasco no está interesado, ni motivado para dar el paso. Sin embargo, como resultado de la operación desembarco, la definición, dicen en Palacio, ya se alcanzó: si la encuesta CEP de noviembre no es buena para Frei, el ministro no tendrá otro camino que asumir como generalísimo.

LA FALTA DE SIGILO
Una de las cosas que Frei pidió a Halpern cuando comenzó a digitarse la operación fue que se hiciera con extremo sigilo. El otro factor importante era que ésta apareciera como un reordenamiento de funciones y no un descabezamiento.

Entre los asesores claves de Frei durante toda la campaña, hubo uno que no participó en la operación: Eugenio Tironi. Este no supo ni de la conversación de Frei con Bachelet, ni que durante el fin de semana se digitó un nuevo organigrama.

El martes, al día siguiente de la presentación de la ministra Laura Albornoz y de Angela Jeria como los nuevos fichajes,  Halpern se reunió con Tironi. Ambos trabajan desde marzo en la estrategia comunicacional, pero en los últimos meses sus desencuentros comenzaron a trascender. En la cita, Halpern le relató los hechos: sus funciones quedarían concentradas en la franja televisiva.

Hasta el jueves la operación fue considerada un éxito por sus gestores, pues en televisión primaron las imágenes de Frei asociado al gobierno. Pero cuando ese día se conoció un mail privado de Tironi en que relató su reasignación de tareas, el foco nuevamente se trasladó a las pugnas en el comando de Frei.