"Obama, la vida de este ciudadano estadounidense depende de su próxima decisión".
Con estas palabras un militante del grupo yihadista Estado Islámico desafía al mandatario estadounidense mientras sujeta al reportero Steven Sotloff, secuestrado en Siria a mediados de 2013. En el mismo video divulgado el martes se ve segundos antes la decapitación del periodista James Foley.
El gobierno de EE.UU. intentó rescatar rehenes de ese país en Siria en un reciente operativo fallido, según informó el Pentágono. Pero muchos se preguntan si la Casa Blanca debió haber hecho mucho más.
El diario The New York Times cita fuentes según las cuales los extremistas exigieron en el pasado un rescate multimillonario por Foley, pero las autoridades se negaron a pagar.
La madre del reportero, Diane Foley, dijo tras conocer la muerte de su hijo: "Apreciamos lo que el gobierno intentó y lo agradecemos, pero le rogamos que considere otras formas de actuar, para que Steven (Sotloff) y los otros rehenes puedan salvarse".
Global Post, el sitio online para el que trabajaba Foley, publicó un correo electrónico enviado por los captores a la familia del periodista y confirmó que los militantes exigieron un rescate de 100 millones de euros, unos US$132 millones.
A diferencia de Estados Unidos, varios gobiernos europeos no han tenido reparos en comprar la liberación de sus ciudadanos, según informes. ¿Fue la negativa de Washington a hacer lo mismo lo que en definitiva costó la vida a Foley?
Naciones Unidas aprobó una resolución este año urgiendo a los gobiernos a no pagar rescates a grupos terroristas, pero el propio embajador británico ante la ONU, Mark Lyall Grant, citó estimaciones según las cuales grupos vinculados a al-Qaeda recibieron al menos US$105 millones en rescates en menos de cuatro años.
LA PARADOJA DEL RESCATE
No hay respuestas simples para el dilema de pagar o no pagar por un rescate, según Philip Ingram, experto británico en seguridad que ha negociado la liberación de rehenes y trabajado durante tres décadas con diferentes agencias de inteligencia.
"En el caso de los países que sí pagan rescates, la realidad es que más ciudadanos de estas naciones acaban siendo capturados porque las organizaciones criminales y terroristas saben que pueden ganar dinero rápido", dijo Ingram a BBC Mundo.
En muchos casos los secuestros son perpetrados por grupos menores que "venden" a la persona cautiva al mejor postor dentro de organizaciones terroristas, que la utilizan a su vez para ganar grandes cantidades de dinero o concesiones políticas.
"Los estadounidenses siempre son un blanco porque su país es visto como el policía del mundo. Así que en este caso pagar no necesariamente logrará la liberación, puede ser que maten a la persona de todas formas si la motivación del secuestro fue política", señaló Ingram.
"Por otra parte, si el gobierno pagara estaría usando el dinero de los impuestos pagados por ciudadanos estadounidenses para financiar organizaciones terroristas que potencialmente usarán esos fondos contra ciudadanos estadounidenses y de otros países. En mi opinión pagar y solventar a grupos que matan gente inocente debe ser la última opción".
"Y en el caso de rehenes estadounidenses en Siria no se sabe todas las otras acciones para negociar o localizar a los rehenes que el gobierno estaba realizando".
LOS GOBIERNOS EUROPEOS
Los países del G8 acordaron en su cumbre del año pasado no pagar rescates por rehenes, pero tanto diplomáticos como expertos en seguridad creen que la realidad puede ser diferente, según el corresponsal de seguridad de la BBC, Frank Gardner.
"Los países saben el impacto que pueden tener en la opinión pública los videos de sus ciudadanos capturados con un arma apuntándole a la cabeza y muy pocos gobiernos están dispuestos a correr ese riesgo", señaló Gardner.
Cuando cuatro franceses secuestrados en Níger por una rama de al Qaeda fueron liberados el año pasado, el gobierno de Francia aseguró que no hubó ningún pago de por medio. Pero muchos rumores circularon apuntando a un rescate.
"En el pasado se criticó mucho a los alemanes por ser los primeros en pagar rescates hace más de diez años, pero ahora lo hacen los gobiernos de Francia, España e Italia", dijo a la BBC Alexander Hitchens, profesor de estudios bélicos de Kings College en Londres.
"En el caso de los cuatro rehenes franceses en Níger hay fuertes razones para creer que se pagó cerca de US$20 millones". La compañía para la que trabajaban los rehenes pudo haber entregado los fondos con la aprobación explícita del gobierno francés, según Hitchens.
Los gobiernos europeos nunca admiten pagar rescates, ¿dónde entonces está la prueba?
Aimeen Deen, experto en terrorismo de la consultora Five Dimensions relató lo siguiente a Frank Gardner.
"Yo estuve al lado de un piloto en un avión Cessna pequeño. El piloto me dijo que el gobierno español le había dado 12 millones de euros en bolsas negras con la instrucción de llegar a un oasis específico en Mali y dejarlas caer. Esto me lo confirmó también un diplomático holandés cuyos colegas le relataron exactamente lo mismo".
"NEGOCIO GLOBAL"
Para Philip Ingram, el caso de los piratas somalíes muestra que es posible responder al problema de los secuestros sin necesariamente pagar rescates.
"Debe haber una respuesta en muchos niveles y que involucre a muchas agencias. En el caso de Somalia los incidentes de secuestro en alta mar se han reducido por las medidas de apoyo al gobierno somalí, como el incremento de buques patrulla en la rutas más comunes de los piratas o la cooperación de la policía internacional para que el dinero que obtengan no lo puedan mover fácilmente", dijo Ingram a BBC Mundo.
El Comité para la Protección de los Periodistas, con sede en Nueva York, afirmó que más de 80 reporteros fueron secuestrados en Siria y cerca de 20 permanecen cautivos.
En su último informe anual en noviembre el Comité señaló que el número de capturas alcanzó niveles sin precedente y agregó que muchos casos no son reportados en los medios.
Los crecientes secuestros de periodistas, cooperantes y otros individuos por organizaciones criminales y extremistas plantean un dilema cada vez más difícil a los gobiernos, según Ingram.
"Puede acabar siendo un problema que se perpetúa a sí mismo. Si los gobiernos pagan más dinero por rescates a esos grupos estos obtendrán más recursos, secuestrarán más gente y generarán más capital", dijo el experto a BBC Mundo.
"El cobro de rescates se está transformando en un negocio global".