Está enclavado sobre ricas reservas de petróleo y posee extensas zonas con madera tropical, tierras fértiles y valiosos minerales. Con estos recursos, Sudán del Sur debiera estar encaminado a convertirse en un país rico y autosuficiente. Pero al cumplirse ayer tres años desde su independencia de Sudán -tras una sangrienta guerra de 22 años, que dejó más de dos millones de muertos-, una incipiente guerra civil y el hambre amenazan con truncar el sueño de quienes por años lucharon por la emancipación.
Desde diciembre pasado, en el país más joven del mundo las diferencias étnicas se han acentuado, debido al conflicto abierto entre el Presidente Salva Kiir y su ex vicepresidente y ahora líder rebelde Riek Machar, quienes provienen de los pueblos dinka y nuer, respectivamente. La disputa, encendida por la acusación de un fallido golpe de Estado contra Kiir por parte de Machar, llevó a la división de facto del Ejército. Hoy es la población civil la que sufre las consecuencias y, a la fecha, se calcula que unas 10.000 personas han perdido la vida.
De acuerdo con el Banco Mundial, el 50,6% de los 10,8 millones de sursudaneses vive en la pobreza. Además, alrededor de tres cuartos son analfabetos y un tercio está crónicamente desnutrido. Según la revista alemana Der Spiegel, un 1% de la población tiene acceso a la electricidad.
Desde que comenzaron los enfrentamientos, en tanto, más de un millón de personas se han visto obligadas a desplazarse dentro del país, más de 35.000 han buscado refugio tras las fronteras del país y más de siete millones "están en riesgo de padecer inseguridad alimentaria", según la ONG Oxfam. La situación es tan grave, que la semana pasada varias agencias internacionales advirtieron que el país enfrentará una inminente hambruna en agosto. Paralelamente, la producción de petróleo cayó de 350.000 barriles al día, en diciembre pasado, a unos 160.000 en la actualidad, consigna Der Spiegel. A la fecha, tres altos el fuego no han sido respetados y las negociaciones de paz en las que media Etiopía han sido boicoteadas una y otra vez por las partes, señala la agencia France Presse. Ayer, una vez más, gobierno y rebeldes se comprometieron a retomar el diálogo, pero no dijeron cuándo.