José Alberto Mujica es un político atípico. Conocido como "Pepe", hace poco fue catalogado como el Presidente más pobre del mundo, por vivir en austeridad y donar el 90% de su sueldo a distintas ONG.

En lo cotidiano, es un ciudadano como cualquier otro, que maneja un viejo auto y que esta semana llegó a una charla de Mercosur con la nariz rota por ayudar a un vecino damnificado por los fuertes temporales.

Pepe Mujica dice que aprendió de pobreza en la cárcel. El ahora Presidente estuvo preso en distintos recintos, durante la dictadura que se prolongó entre 1973 y 1985. De estos tiempos, recuerda en una entrevista con AFP que "la noche que me ponían un colchón, me sentía contentó". "Me di cuenta que me había hecho problema por muchas bobadas", agregó en la ocasión.

Según el sitio web de noticias de Yahoo, Mujica gana 250 mil pesos uruguayos, equivalente a cerca de US$ 12 mil. De esta suma, dona el 90% a fondos de ayuda social, que administra el Movimiento de Participación Popular, desde donde lo envían a colaboraciones con ONG.

El Presidente de Uurugay vive y cultiva en la granja de su mujer, la senadora Lucía Toplansky, y su único haber consiste en un Volkswagen Beetle. El vehículo presidencial, en tanto, es un Chevrolet Corsa.

"No preciso más, porque con lo que tengo me sobra y cuando me vaya de este mundo, si puedo dejar una escuela, esa va a ser la herencia que voy a dejar", asegura Pepe Mujica, explicando su filosofía de vida, la cual asegura que "no tiene nada de revolucionario, los que están locos son esa manga de viejos que creen que precisan una vida complicada". "Yo no vivo con pobreza", añade, "vivo con austeridad, con renunciamiento".

CRITICAS Y ALABANZAS
Aún así, Mujica no cuenta con el beneplácito de todos, en especial de los empresarios. El ex integrante del directorio del Banco República, Fernando Scrigna, dijo a El País de Uruguay que "el de Mujica es el estilo de la esquina, el de filosofar continuamente y no hacer". "La esquina tiene su sabiduría, pero la vida es otra cosa", añade en relación a las prácticas del mandatario, "en la vida se requiere de respeto para interactuar con los demás".

Por su parte, el politólogo uruguayo Adolfo Garcés, comentó a La Tercera que "Mujica es un gobernante que es sensible a los temas públicos y eso tiene su lado positivo". "El no es el clásico gobernante caprichoso que cierra los ojos y embiste contra la pared", asegura, "si Mujica se da cuenta de que la gente está en contra, frena".

Así, con personas a favor y en contra, los números son claros. Según la encuesta de Equipos Mori, el 39% de los uruguayos apoya a su presidente y un 33% lo rechaza, mientras que en abril estas cifras eran de 47% y 28%.

De esta forma, Mujica enfrenta su aprobación más baja de su mandato, programado para prolongarse hasta 2015.