Hay momentos en la historia que son breves, pero que marcan épocas. Uno de esos fue el llamado "Codobazo", cuando el 29 de mayo de 1969, de forma espontánea, una jornada de protestas terminó en la toma por completo de la segunda ciudad más grande de Argentina.
En aquellos días, el gobierno transandino era controlado por una dictadura, dirigido por el general de ejército Juan Carlos Onganía, desde 1966.
El país se encontraba sumido en una tensión constante ante la represión de las autoridades y el surgimiento de grupos armados que desafiaban a las FFAA, que ostentaban todo el poder.
Durante 1969, Córdoba había vivido varias jornadas de protestas, protagonizadas por los sindicatos y las agrupaciones estudiantiles. La segunda ciudad en importancia de Argentina posee un gram cordón industrial y también varias casas de estudios superiores, factores que la transformaron en un centro de constantes agitación social.
Pero el 29 de mayo, la situación fue especial. Las tradicionales protestas pasaron a un nivel superior: un levantamiento popular.
Aquella jornada, los principales movimientos obreros cordobeses marcharon por las calles de la ciudad, en un nuevo día de protestas. De forma espontánea, agrupaciones estudiantes se sumaron a las protestas y comenzaron los incidentes.
Había tensión y algunos actos de violencia aislados, pero no había mayor diferencia a otras jornadas de manifestaciones, hasta que pasadas las 12.30, un manifestante cayó muerto a manos de la policía en plena marcha. Fue la chispa de todo.
La voz se corrió y los miles de manifestantes iniciaron una fuente arremetida contras las fuerzas policiales, mientras sectores populares de las afueras de la ciudad llegaron al centro de Córdoba y se sumaron a los ataques: ya no era una protesta, sino que la población atacaba los edificios cívicos.
Sorprendidos por el fenómeno y por su masividad, la policía se vio obligada a replegarse. Los protestantes asaltaron la sede de la gobernación, cuarteles policiales, recintos del ejército y destruyeron edificios de empresas extranjeras. Levantaron barricadas y bloquearon el centro cívico de la ciudad.
A las 14 horas, Córdoba, en pleno gobierno dictatorial, quedó en manos de los sindicatos y organizaciones estudiantiles tras un alzamiento popular.
Al día siguiente, tropas del ejército, fuertemente armadas, ingresaron a la ciudad y recuperaron el control sin mayor resistencia. Pero el efecto del "Cordobazo" ya estaba en desarrollo. Al año siguiente, cayó la dictadura y también surgieron varios movimientos de ultra izquierda paramilitares que marcarían la política transandina de los años 70.