Condena social o condena deportiva. ¿Qué prima en las sanciones que recibe un atleta por consumo de marihuana? Los expertos debaten, hay muchas teorías. Los médicos que reprueban totalmente su consumo en el alto rendimiento y sus colegas, críticos de una vertiente moralista instalada en la Agencia Mundial de Antidopaje.
Pero no hay que confundirse. Hace rato que fumarse un pito no es tan terrible para la AMA. No es tan terrible, si el deportista consume la droga en períodos fuera de competencia o de entrenamiento. O si la cantidad de tetrahidrocannabinol (principio activo de la cannabis sativa) en la sangre no supera 150 nanogramos por mililitro. Hace poco más de un año que este umbral de tolerancia aumentó casi 10 veces, en relación a cómo era la regla antes.
Como sea, la droga sigue siendo ilegal en el deporte profesional. Aunque las modificaciones a la norma que regula su consumo se tomaron como una legalización parcial en el alto rendimiento.
Hace unas semanas, Carlos González, arquero juvenil de Deportes Iquique, se pasó del límite permitido. Los efectos de la marihuana no mejoran en nada el rendimiento de un futbolista, pero dio positivo tras el duelo por la primera fecha del Apertura 2014, ante Universidad de Concepción (1-1). Hoy, con 19 años, enfrenta una suspensión de ocho meses impuesta por el Tribunal de Penalidades de la ANFP.
"Es algo que no se debe dar en el fútbol", reconoció González tras recibir su sanción. El debate, sin embargo, está planteado. El mismo presidente de la Comisión de Antidopaje del balompié nacional, Pedro Jorquera, reconoce que "si la marihuana es castigada en el deporte, es más por una condena social que por sus reales beneficios para un futbolista".
¿Cuál es la postura internacional? "La marihuana es una sustancia prohibida en los controles en competición y permanece en la lista. Nunca ha estado prohibida fuera de competición. El cambio en el umbral supone que los atletas que la usen en competición serán detectados. El umbral puede ser examinado y cambiado en cualquier momento", señala un comunicado oficial de la AMA.
Esta norma abarca todo el planeta. Chile no es la excepción, aunque el fútbol y el resto de los deportes federados se controlen por caminos distintos. El balompié profesional es la única disciplina local que analiza sus pruebas en el país, en el laboratorio de la Universidad de Chile. Son cerca de 1.500 muestras al año las que se revisan en campeonato nacional.
"No recuerdo otro caso de marihuana como el de González. Es algo muy poco común", indica Jorquera, quien lleva 22 años al mando de la comisión antidopaje de la asociación.
El químico farmacéutico Manfred Schmuck, con experiencia en controles en eventos nacionales e internacionales, lanza la idea desde un principio. "La marihuana no presenta una ventaja deportiva prácticamente en ninguna disciplina. Para un futbolista o un atleta es una desventaja".
La pregunta, entonces, es por qué aparece en la lista de sustancias prohibidas. Schmuck aclara algunos puntos. "Por sus efectos sociales y porque puede ayudar a encubrir otras sustancias". Por otro lado, la cannabis sativa sí puede tener efectos positivos en algunos casos. Por ejemplo, en los de alta precisión o alto riesgo (ver infografía). Son los menos en todo caso.
"Hay mucha controversia sobre si la marihuana debe o no estar en la lista de sustancias prohibidas", recalca Schmuck. En ese sentido, el castigo a quien se le detecta es mucho más que una suspensión. La mala publicidad y el escándalo social por un positivo por marihuana ha marcado la carrera de varios deportistas.
"No maté a nadie, no le robé a nadie, creo que es un error personal", afirmó Carlos González al confesar su consumo. Si bien la postura de la AMA apunta a respaldar los dichos del arquero de Iquique, la marihuana todavía es sinónimo de castigo en el deporte. Mientras científicos, deportólogos y sociedad no se pongan de acuerdo, los atletas deben pensarlo muy bien antes de fumar un pito.