"Mami, ¿Qué será lo que quiere el negro? ¡Salir campeones!", se escuchó con fuerza en el camarín visitante del Estadio Monumental. La alegría del plantel de Cobresal desbordaba el vestuario visitante en el recinto de Pedreros. Razones, había de sobra.

El triunfo minero por 2-1 sobre Colo Colo fue el corolario de una semana traumática. El cuadro de El Salvador vivió en carne propia la tragedia del norte de Chile y, en la previa del compromiso ante los albos, tuvieron que, literalmente, arrancar de la ciudad para buscar concentración de cara al duelo en Macul.

Primero, una vez ocurrida la inundación, la dirigencia coordinó el viaje de los familiares de los jugadores y, el miércoles, hizo lo propio el plantel, que salió de su hábitat natural para instalarse en Santiago.

Esa situación, según el director técnico minero Dalcio Giovagnoli,  motivó al equipo: "Hizo que pasáramos de un estado de depresión a uno de exaltación. Fue una semana compleja en todos los sentidos. Por un lado pensando en todo lo que pasaba y sigue pasando en el norte y, por el otro, con la presión del medio que acá en Santiago, a ratos, nos desbordó".

Por lo mismo, la victoria ante Colo Colo caló hondo en el cuadro de la Región de Atacama, pero positivamente, ya que, además de permitirle quedarse en la punta del torneo a cuatro fechas del final y, por ende, con la primera opción de alcanzar el título del Clausura, sirvió también como un desahogo a todo el estrés acumulado durante los últimos días.

“Fue una situación de mucha presión. Lo pasamos muy mal estos últimos días porque, más allá de todo lo que pasó, a nosotros nos tocó estar sin agua, con poca comida y prácticamente aislados. Se vivieron días de mucha incertidumbre y eso, sin duda, nos afectó en la concentración. Además, varios de nuestros familiares, amigos y conocidos estuvieron,  o conocían a alguien, desaparecido o con muchos problemas. Fue realmente una semana muy dura para todos en el club", aseguró el estratega.

Por eso mismo, el plantel no dudó a la hora de dedicar la victoria. "Para la gente del norte, obvio, porque lo están pasando mal. Ojalá que esta pequeña alegría sirva para aliviar en algo todo lo malo. Estamos muy esperanzados con lo que viene. Quedan cuatro finales y, salir campeones sería una tremenda alegría para toda la gente que lo ha pasado mal. Lo tenemos al alcance de la mano y vamos a luchar con todo para que no se nos escape. Tenemos plena consciencia de que aún queda un camino complejo de recorrer, pero no podemos esconder la ilusión que tenemos", afirmó Johan Fuentes.

En tanto, Nicolás Peric, llamó a la calma y apuntó que "lo único importante es que sepamos mantener los pies sobre la tierra. Hay que ser mesurados a la hora de los análisis. Tenemos que seguir trabajando, dando lo mejor de nosotros. Al final del torneo veremos si nos alcanzó o no. Por ahora, sólo tenemos que seguir batallando".

Finalmente, Federico Martorell también dijo que la catástrofe nortina le da un sabor diferente a la victoria en el Monumental aunque, según su visión, "la clave para superar todas las adversidades que hemos tenido ha sido la unidad. Este equipo es una familia y, aunque por razones obvias hoy estamos ilusionados y disfrutando el momento, sabemos que no podemos marearnos ya que, de lo contrario, se nos puede complicar. Nuestra intención es ir partido a partido. Hay que seguir como hasta ahora: manteniendo la calma incluso en los momentos más complicados".

Cobresal, más líder que nunca, encontró su desahogo. Ahora, son pura, y justificada, ilusión.