El descontento político se hace presente durante marcha del orgullo gay en Turquía

Como en cada Gay Pride, los manifestantes que se tomaron las principales arterias de Estambul reivindicaron su derecho a la diferencia y denunciaron las derivas "autoritarias" e "islamistas" del jefe de gobierno turco, Recep Tayyip Erdogan.




Decenas de miles de personas participaron el domingo en Estambul en el desfile del orgullo homosexual, con un cariz claramente político, un año después de las protestas contra el primer ministro islamista-conservador Recep Tayyip Erdogan.

Convocados por asociaciones de defensa de lesbianas, gay, bisexuales y transexuales (LGBT), los manifestante ocuparon la avenida Istiklal -gran arteria peatonal de esta megalópolis turca- y la recorrieron durante dos horas bajo una miríada de banderas arco iris, y ante la estricta vigilancia de numerosos policías.

Como en cada Gay Pride, parte de los manifestantes reivindicaron su derecho a la diferencia.

"No he revelado aún que soy gay ni a mi padre ni a mi madre, ni siquiera a mis amigos" declaró a la AFP una manifestante, Senef Cakmak. "Hoy, es la única vez en el año en que soy yo misma, que no lo escondo a nadie, y que puedo reivindicar el más lógico y natural de mis derechos", añadió.

A diferencia de lo que pasa en numerosos países musulmanes, la homosexualidad no está penalmente reprimida en Turquía, pero la homofobia es muy habitual, y a veces expresada de forma violenta. 

En 2010, la ministra de la Familia y de la Mujer, Aliye Selma Kavaf, miembro del partido de Erdogan, había calificado la homosexualidad de  "enfermedad" que debía ser "curada", lo que suscitó grandes críticas entre los militantes homosexuales.

Al margen del asunto de las minorías sexuales, varios manifestantes criticaron a Erdogan, en el poder desde 2003.

Las asociaciones LGBT han estado en primer plano en las manifestaciones masivas de junio de 2013 para denunciar las derivas "autoritarias" e  "islamistas" del jefe de gobierno turco.

Erdogan prevé anunciar el martes su candidatura a la elección presidencial de los 10 y 24 agosto, ante las que es favorito. 

Un eventual triunfo en la presidencia, por un mandato de cinco años, convertiría a Erdogan en el dirigente que más años se ha mantenido en el poder  desde Mustafa Kemal Atatürk, fundador de la República de Turquía en 1923. 

El cargo de presidente en Turquía, tal y como está definido en la Constitución de 1982, es en gran parte un cargo simbólico, con el poder  político real concentrado en manos del primer ministro.

Pero Erdogan, que falló en 2013 en su intento de instaurar un régimen presidencial, dejó claro que utilizaría todos los poderes a su alcance y, sobre  todo, que seguiría dirigiendo el país.

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