Los tres líderes de los principales partidos políticos británicos vuelan este miércoles a Escocia con la misión de salvar a Reino Unido en medio de un pedido del primer ministro británico, David Cameron, para evitar que la "familia de naciones sea desgarrada".
Ante el avance en las encuestas del Sí a la independencia de Escocia de cara al referendo del 18 de septiembre, el nerviosismo parece haber ganado terreno en Londres.
Y en un esfuerzo de última hora, el primer ministro británico, David Cameron, su socio de la coalición, Nick Clegg, y el líder opositor Ed Miliband llegan a Escocia con el objetivo de hacer campaña a favor del No.
"Lo que estamos viendo hoy en el otro lado es al 'equipo Westminster' volando a Escocia por el día porque están entrando en pánico", aseguró el ministro principal escocés Alex Salmond, impulsor de la independencia.
"UN PAÍS QUERIDO Y ESPECIAL"
Cameron imploró a los escoceses que no causen la partición de Reino Unido y advirtió que un voto a favor de la independencia será un "salto en la oscuridad".
"El Reino Unido es un país querido y especial. Eso es lo que está en juego. Así que nadie en Escocia tenga ninguna duda, queremos desesperadamente que ustedes se queden, no queremos que esta familia de naciones sea desgarrada", agregó el mandatario en un artículo publicado este miércoles en el periódico Daily Mail.
La visita de los líderes políticos fue anunciada este martes, luego de que una encuesta de YouGov, publicada en el Sunday Times el domingo indicara que los partidarios de la separación ganarían con un 51 %, frente a un 49 % de los contrarios a la separación.
En el referendo los residentes escoceses mayores de 16 años deberán responder simplemente con un "sí" o un "no" a la pregunta: "¿Debería Escocia ser un país independiente?".
Cameron, así como Clegg, el líder liberal demócrata y viceprimer ministro en el gobierno de coalición, y Ed Miliband, el jefe de la oposición laborista, cancelaron su tradicional comparecencia de los miércoles en la sesión de preguntas al primer ministro en el Parlamento para hacer un último intento a sólo nueve días de la votación y dar impulso a la campaña "Better Together" (Mejor juntos).
"Hay muchas cosas que nos dividen, pero hay una en la que coincidimos con pasión, el Reino Unido estará mejor si permanecemos juntos", afirmaron los líderes en un comunicado conjunto antes de partir.
Por su parte, Salmond dijo que los tres politicos son "los líderes menos confiables que Westminster jamás haya tenido", y aseguró que su visitá tendrá un efecto contraproducente. "Nadie cree en sus promesas hechas en pánico", afirmó Salmond.
VUELCO
Cameron dijo en su artículo que el mundo mira con "admiración y envidia" los avances conseguidos por Reino Unido moderno, como el Servicio Nacional de Salud (NHS por sus siglas en inglés) o el sistema de pensión estatal.
"Siempre es posible un futuro mejor si Escocia permanece, pero si hay una separación, será para siempre", advirtió Cameron.
"No se trata -agregó- de Escocia frente al resto de Reino Unido. Se trata de dos visiones que compiten por el futuro de Escocia", agregó el mandatario.
En abril, cuando un 30% de los encuestados en Escocia se declaraban indecisos, la independencia perdía por 12 puntos respecto a la unión.
Las diferencias se han esfumado en pocos meses y el vuelco es aún más impactante si se toman en cuenta los sondeos de 2013, cuando el "no" duplicaba en partidarios al "sí".
IMPUESTOS Y PETRÓLEO
Cameron, Clegg y Miliband respaldan la propuesta del exprimer ministro laborista, el escocés Gordon Brown, que contempla iniciar el 19 de septiembre, un día después del referendo, la redacción de una ley para aumentar las competencias del Parlamento autónomo de Holyrood, en Edimburgo.
Si el No se impone, los partidarios de la unión se han comprometido a tener lista para enero de 2015 la versión consensuada y definitiva de esta nueva ley que se sometería a votación en Westminster tras las elecciones generales de mayo.
Los laboristas, que tienen 41 parlamentarios escoceses en el Parlamento en Londres, quieren aumentar la autonomía de Edimburgo en el impuesto sobre la renta.
Las propuestas de los diferentes partidos coinciden en ofrecer mayor autonomía también en políticas sociales, especialmente de vivienda.
Los conservadores liderados por Cameron quieren ceder poder en ámbitos como la vivienda, pero mantener en Londres el control sobre la política energética, pensiones y defensa.
El futuro acceso a las reservas de petróleo en el Mar del Norte y el futuro de la política energética del Reino Unido son uno de los puntos más importantes en juego en el debate sobre la independencia escocesa