El día que el Costanera Center no abrió

La apertura de uno de los proyectos inmobiliarios más emblemáticos y ambiciosos del país generó una serie de eventos en las inmediaciones del recinto, que después de muchos rumores y versiones de prensa, siguió manteniendo sus puertas cerradas.




Una torre de 300 metros (la más alta del hemisferio sur) y un centro comercial con 330 locales comerciales dan forma al Costanera Center, posiblemente el proyecto privado que más expectación ha generado en Chile durante los últimos años.

Su apertura se ha pospuesto tres veces, pero los rumores hacían pensar que la espera se acababa: el centro comercial del Costanera Center abriría sus puertas el viernes 8 de junio a las 11:00 horas. Los hechos ocurridos durante las horas previas de la supuesta apertura hacían creer que los especulaciones podían ser reales.

Cerca de las 9 de la mañana unas 50 personas, que vestían el uniforme de la multitienda Ripley, se reunían en la plaza Los Leones. Conversaban reunidos en pequeños grupos, con sus miradas llenas de dudas compartían la misma incertidumbre que el resto de los transeúntes, no sabían si este día les tocaría trabajar por primera vez en el nuevo mall. Algunos trabajadores habían asistido a capacitaciones previas en el recinto, pero era primera vez que lucían sus uniformes. Caminaban por las calles de Providencia llenos de orgullo.

Por en el sector de Nueva Tobalaba (calle paralela a Nueva Tajamar y que es parte de las medidas de mitigación), otro grupo de trabajadores esperaban en fila para entrar al supermercado Jumbo. Al igual que la gente de Ripley, no tenían certeza si ese día trabajarían, simplemente fueron citados a las 11 de la mañana, vistiendo su uniforme y a medida que entraban al local recibían un chaleco reflectante color naranja, medida de seguridad, ya que a pocos metros de ellos se continúa construyendo la torre de 70 pisos.

La historia se repetía entre el personal de Falabella. Un grupo de mujeres caminaba alrededor del centro comercial. Fumaban relajadas. Llevaban toda la semana asistiendo al local para recibir capacitaciones, ordenar sus secciones y conocer sus nuevos puestos de trabajo. Tener que esperar otro día más no les importaba, les han pagado estos días como si fuese una jornada normal.

Al interior del centro comercial la situación no era muy distinta. Paris se encontraba con sus luces prendidas, sus vitrinas impecables y todo el personal de la tienda en sus posiciones, listos para comenzar a atender al público apenas se abrieran las puertas.

Cerca de las 11 de la mañana un grupo importante de personas comenzaba a reunirse en el acceso a Paris de Avenida Vitacura, esperando la supuesta apertura del mall. Decenas de clientes se acercaban a las puertas para conocer el lugar, pero eran detenidos por los guardias de seguridad y luego abordados por las cámaras de televisión que esperaban conocer las impresiones de los frustrados clientes. La escena se repetía mientras el grupo de curiosos de la calle crecía y los automovilistas tocaban sus bocinas y gritaban insultos como "nos están cagando el barrio".

A medida que el reloj avanzaba crecían las especulaciones y versiones sobre una eventual apertura. La entrada o salida de cualquier persona a las instalaciones generaba toda clase de rumores, mientras los obreros de la construcción que transitaban por el lugar aseguraban que el mall no se abriría, en ningún caso, este viernes. La falta de información daba paso a versiones erradas como que el centro comercial abriría a las 14:00 horas, luego a las 18:00, que sólo faltaba un trámite de 10 minutos para obtener el visto bueno del Serviu y/o de la Municipalidad de Providencia.

La espera y aglomeración de gente daba paso a una gran variedad de personajes que aguardaba la apertura de las puertas. Entre los turistas que no entendían la escena, reponedores de los supermercados y tiendas ancla que abandonaban el recinto y escolares que no fueron a clases para presenciar la inauguración, apareció un anciano que se instaló en plena vereda con una silla plegable, estuvo sentado por cerca de media hora, pero el acoso de las cámaras lo molestó y se retiró del lugar.

Las ilusiones de los clientes y transeúntes que querían conocer el nuevo centro comercial de Santiago se fueron diluyendo con el paso de las horas. Una espera de un día completo para poder escuchar la frase "abriremos la tienda en algunos minutos", una oración que seguirán esperando porque el viernes 8 de junio Costanera Center no abrió.

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