Ollanta Humala Tasso asume hoy la presidencia de Perú con un doble reto: mantener el expectante crecimiento económico del país, logrado a partir de un modelo neoliberal que tantas veces criticó, y cumplir con las promesas que hizo a un amplio sector que reclama ser partícipe del desarrollo.
No será una tarea fácil para el nuevo presidente, de 49 años, que durante su campaña electoral elevó las expectativas de los sectores populares, y que hoy viene sintiendo ya la presión de los grupos económicos para que mantenga el status quo, según los analistas, citados por la agencia AP.
"Va a haber presiones tanto de arriba, de los sectores altos, de la gran inversión, como de los sectores populares, de ambos lados", dijo el analista político Santiago Pedraglio sobre lo que considera será la principal dificultad de Humala en el gobierno.
Hace una semana Humala calmó la inquietud de los mercados al anunciar que su ministro de Economía será Luis Miguel Castilla, quien se desempeñó como viceministro de Hacienda en el último año y medio del gobierno saliente de Alan García, y que mantendrá en el cargo al actual director del Banco Central de Reserva Julio Velarde.
Sus anuncios merecieron los aplausos de los sectores políticos de oposición y de los sectores empresariales, al ser tomados como una señal tranquilizadora de que el país mantendrá su rumbo económico, y la firme disciplina monetaria que le caracterizó en los últimos dos decenios.
El ex teniente coronel del ejército llegó a la presidencia de Perú prometiendo bajar el costo del gas, aumentar el salario mínimo, dar pensiones a los mayores de 65 años, implementar guarderías para los menores de 3 años con alimentación gratuita, promesas que según los expertos son inviables sin afectar la caja fiscal del país.
La oposición y sectores económicos exigen que no interrumpa el ciclo de crecimiento y desarrollo que observa Perú desde hace dos décadas y que ha permitido un incremento del producto bruto interno de 7% en promedio anual, baja inflación, exportaciones por 35.000 millones de dólares anuales y reservas internacionales por 47.000 millones.
La perspectiva de un gobierno de Humala generó mucho temor en los mercados debido a su pasada postura radical en contra del modelo neoliberal, que ha estado vigente en Perú desde los años 90, y a las simpatías expresadas en el pasado por el presidente venezolano Hugo Chávez, quien emprendió expropiaciones y nacionalización de empresas en su país.
Tranquilizados los sectores y grupos económicos por las primeras medidas tomadas por Humala, ahora intentarán "en lo posible mantener las mismas condiciones para su inversión", dijo Pedraglio.
Por ejemplo, en el campo minero ya se sienten las presiones de las empresas del sector temerosas de que Humala cumpla su palabra de aplicar más impuestos a las mineras, que se han beneficiado enormemente con el alza del precio de los minerales en el mercado internacional.
Recientemente fue difundido un comercial de televisión, pagado por la Sociedad Nacional de Minería, Petróleo y Energía, en el que se critica que Perú paga impuestos por minería más altos que en Chile, y advierte que un aumento mayor de los tributos afectará la competitividad del país.
El sector sindical por su parte exige a Humala aplicar más impuestos a la minería así como emprender una reforma tributaria, que consideran indispensables para financiar los programas sociales prometidos.
En el otro lado, los estratos sociales más bajos ven con mucha expectativa el gobierno de Humala de quien esperan que mejore sus condiciones de vida y sus salarios. "Humala quiere hacer algo que no han hecho (los otros gobiernos) en muchos años, gobernar para nosotros, para el pueblo. Me gusta eso de que van a levantar el sueldo mínimo (...) Eso está bien, porque trabajamos un montón y como mulas por una miseria", dijo Luis Ramírez, un cargador de mercadería, de 45 años de edad.
El congresista Juan Carlos Eguren, del partido derechista Alianza por el Gran Cambio, advierte que el tema social será el mayor reto a enfrentar que tendrá Humala por haber generado "sobreexpectativas" en algunos sectores.
El historiador y sociólogo Nelson Manrique dijo a la AP que el ambiente social que enfrente el nuevo gobierno va a depender de cuál sea la política que aplique Humala.
"Si es una política que cumple con las promesas que ha hecho supongo que habrá diferencia, si hace lo que han hecho (los ex presidentes Alberto) Fujimori, (Alejandro) Toledo y García de prometer una cosa y hacer otra, supongo que continuará la inestabilidad", sostuvo.
Humala prometió entre otras cosas elevar el sueldo mínimo de 600 soles (217 dólares) a 750 soles mensuales (271 dólares), y reducir el precio del cilindro de gas doméstico de 35 soles (12,6 dólares) a 12 soles (4 dólares).
"Han levantado muchas expectativas", afirmó la congresista Luz Salgado del partido Fuerza 2011 del ex Presidente Alberto Fujimori, que será la principal bancada de oposición del nuevo congreso. "La última es que siguen promocionando el balón de gas a 12 soles y eso es materialmente imposible", afirmó .