Cuatro goles en un partido siempre cotizan en oro. Sobre todo cuando las cosas no vienen bien. La U venció 4-2 a San Luis, consiguió su primera victoria en el torneo, y sus hinchas se fueron del Nacional imaginando un despegue futbolísticos después de semanas de incertidumbre.
Sin embargo, en la cabeza de Lasarte no sólo quedó dando vuelta la contundencia ofensiva del equipo, que además de los cuatro tantos, pudo convertir varios más. Los problemas defensivos nuevamente ocuparon buena parte del análisis interno del charrúa. Y muchos siguen cuestionando al técnico por no haber traído a un central que diera confianza y liderazgo.
San Luis, uno de los cuadros recién ascendidos a Primera División, desnudó las falencias en el fondo azul, especialmente en el primer tiempo. Los desajustes de los dos centrales, la falta de presión sobre el balón, lo que permitió siembre que los volantes quillotanos maniobraran con facilidad, y desconcentraciones casi infantiles, como ocurrió en el primer tanto, dejaron un signo de interrogación bastante grande.
Lasarte decidió prescindir de la inclusión del juvenil para interntar darle continuidad a una línea defensiva. Puso a José Rojas como lateral y Sebastián Martínez volvió a aparecer en el centro de la zaga. Pero no hubo mejoras ni solidez. Al contrario, hubo serios problemas que ante un equipo de mayor calibre pudieron costarle caro a la U.
El miércoles, la U visita a O'Higgins para jugar el duelo pendiente de la segunda fecha. Los rancagüinos vienen de hacerle cinco tantos a Iquique en el norte. Será una medida justa para saber si Lasarte encuentra al fin una línea defensiva confiable o seguirá padeciendo un problema que ya se arrastra del primer semestre.