EL HAMBRE no es una palabra fácil para Antonis Antakis. Casi como un ritual, cada día este padre de tres niños y que enviudó recientemente acude a la calle Veikou de Atenas para pedir arroz, pasta y otros productos secos a los voluntarios del Club Solidario. "La verdad es que si yo no viniera aquí no tendría medios para alimentar a mis hijos", comenta al diario británico The Guardian. "Hace tres años, cuando yo era el jefe y tenía dos empleados, la idea de ir a cualquier lugar de entrega de alimentos habría sido inconcebible. En aquel entonces, yo ganaba 3.000 euros al mes y el refrigerador estaba siempre lleno", recuerda con nostalgia.

Como Antakis, miles de griegos experimentan día a día los efectos de seis años consecutivos de recesión. La grave situación económica obligó a las autoridades griegas a solicitar rescates a la "Troika" del FMI, la Comisión Europea y el Banco Central Europeo, que a cambio exigió draconianas medidas de austeridad, como la reducción de 150.000 de sus 800.000 empleados públicos. Pese a ello, la economía griega sigue en caída libre, después de haberse reducido en un 20% en los últimos cinco años. La tasa de desempleo es de 27,6%, la más alta de Europa, seis de cada 10 solicitantes de empleo dice que no ha trabajado en más de un año y el 31% de los griegos está en riesgo de pobreza y exclusión social, según Eurostat. Incluso, en junio Morgan Stanley Capital International rebajó la calificación de Grecia de "país desarrollado" a "mercado emergente", la primera degradación desde que comenzó el índice de mercados emergentes en 1987.

Esas frías estadísticas están cambiando la vida de las familias griegas con hijos, varios de los cuales están llegando a las escuelas con hambre o desnutridos. Un informe de la Unicef reveló que cerca de 600.000 niños vivían bajo el umbral de la pobreza en Grecia y que entre las familias con niños más pobres del país, más del 26% tenían una "dieta pobre por motivos económicos". Incluso, el año pasado se estimaba que el 10% de los estudiantes de básica y secundaria sufría de "inseguridad alimentaria", lo que significa que enfrentan el hambre o el riesgo de la misma. "Cuando se trata de la inseguridad alimentaria, Grecia ha caído al nivel de algunos países africanos", dice con dureza a The New York Times la doctora Athena Linos, profesora de la Escuela de Medicina de la Universidad de Atenas.

Se trata de una realidad que ya tiene a los profesores considerando la posibilidad de cancelar las clases de educación física por los casos de desnutrición, sostiene el Daily Mail, que agrega que las escenas de niños buscando comida en los basureros se hacen cada vez más frecuentes. "Los profesores nos informan de casos de niños que van al colegio con un poco de arroz o galletas rancias desde hace meses", grafica Panaghiota Mourtidou, cofundador de la organización Club Solidario. Pero que los niños lleven ese tipo de colaciones podría convertirse en algo rutinario, luego que el gobierno aprobara una controvertida medida que permite a los supermercados vender -desde comienzos de mes- alimentos vencidos por un período limitado, en un intento por bajar los precios.

Asociada precisamente con las principales cadenas de supermercados y mercados minoristas de alimentos en Grecia, la organización humanitaria Boroume ("Podemos") facilita las donaciones de alimentos a más de 700 programas de ayuda a través del país. "La información que recibimos de ellos es que el número de personas que solicitan ayuda se ha duplicado en los últimos seis meses", explica a La Tercera Xenia Papastavrou, portavoz de la institución nacida en 2012.

Pero el impacto de las medidas de austeridad va más allá de la alimentación. Así, al menos, lo muestra un estudio publicado en abril por la American Journal of Public Health. Basado en datos del gobierno, indica que entre la población total de 11 millones de habitantes, la tasa de suicidio creció 16% y los asesinatos aumentaron cerca de 26% entre 2007 y 2009. Mientras tanto, las muertes por enfermedades infecciosas se elevaron 13% en esos dos años, ello en gran parte debido a los recortes sufridos por el Ministerio de Salud, que vio caer su gasto en casi 24% entre 2009 y 2011.

Según las conclusiones preliminares de un estudio del Instituto del Trabajo, ligado a los sindicatos griegos, el país no recuperará su tasa de empleo anterior a la crisis hasta dentro de 20 años. Además, añade que el poder adquisitivo de los griegos en 2014 se situará a la mitad del que era antes de la crisis.