Es un hecho. Ganar el premio literario más cotizado del mundo puede realzar el nombre de un autor e incrementar la venta de sus títulos como pan caliente. Consagrarlos. Sin embargo, la prolongación del llamado "efecto Nobel" dependerá, según libreros y editores, de la conexión que ellos y sus editoriales establezcan con sus lectores.

En el caso del reciente galardonado, el francés Patrick Modiano, apenas anunciaron su nombre desde Suecia, sus libros desataron el fervor comercial alrededor del mundo. Pero, ¿qué ocurre en Chile? ¿Cuánto tiempo puede durar el fenómeno comercial de los premios Nobel?

Según Sergio Parra, dueño de la librería Metales Pesados, las ventas aumentan sólo hasta fin de año. "Pasado diciembre, siguen vendiéndose los autores que de mucho antes tienen su público, como J. M. Coetzee (Nobel 2003) u Orhan Pamuk (2006). Pero otros como Herta Müller (2009), Doris Lessing (2007) o Mo Yan (2012) nunca más funcionaron", dice el poeta y librero, quien cuenta que ayer vendió en pocas horas los 25 ejemplares del autor francés que había en la sucursal de José Miguel de la Barra.

Para Melanie Josch, editora de Random House Mondadori Chile, el Nobel es un canal de descubrimiento para el público. "Con Alice Munro (2013), el efecto fue multiplicador. Si antes vendíamos 500 ejemplares al año, ahora vendemos cuatro mil", cuenta sobre el éxito de la canadiense.

Juan Carlos Fau, de librería Qué Leo, difiere: "Sí aumentan las ventas por razones obvias, pero es difícil hablar de descubrimientos literarios gracias al Nobel, sobre todo en casos como el de Coetzee y el mismo Modiano, quienes llevan más de 20 años en librerías chilenas". Y agrega: "También hay casos opuestos, algo así como 'tragedias literarias post Nobel', como ocurrió con V. S. Naipaul (2001), Mo Yan o incluso Harold Pinter (2005), quien a pesar de su popularidad, no repuntó en ventas. El desafío es de las editoriales".

Para Andrea Viu, editora de Alfaguara Chile, la clave es no descuidar el stock. "Con Vargas Llosa sólo hubo que poner énfasis en la gestión de prensa, pues siempre vende. Pero con la eterna candidata Joyce Carol Oates -quien también estaba nominada este año- no había libros para distribuir. Hay que anticiparse a los hechos", resume.