Pocos minutos libres al día tiene Ricardo Soto. Con 17 años, cumplidos el jueves 20, la gran figura de Chile en los Juegos Olímpicos de Río intenta retomar su rutina. Va al colegio, entrena, hace trabajo físico en el gimnasio y en la casa y además estudia. Y los fines de semana sólo le resta a eso ir al colegio. Y cuando se acaben las clases, reemplazará todo por doble jornada de trabajo.
Porque a Ricardo Soto no le resbaló su paso por Río, cuestionado en un principio por haberse decidido en un clasificatorio, y celebrado luego, cuando batió allá el récord de Chile y avanzó hasta octavos de final.
Tampoco pasó inadvertido para el país, que hasta lo vio en los matinales, en vivo desde Brasil, y el interés por el tiro con arco aumentó mucho, asegura el presidente de esa federación, Alfonso Bórquez.
El suyo es un deporte pequeño, con clubes en tres regiones, Arica y Parinacota, donde vive Soto; Tarapacá y Metropolitana, pero la cifra va a subir.
"Se produjo un boom del tiro con arco, hemos recogido mucha inquietud en cuanto a disparar, en cursos de iniciación, talleres. Hemos visitado nuevas regiones que quieren partir el proximo año", asegura Bórquez.
A esos tres polos se le sumarían en 2017 ciudades como La Serena, Valparaíso, Puerto Varas, Valdivia y Concepción (donde nació Soto).
El arquero sabe de esto y no quiere reconocerlo al principio, pero se siente parte de la explosión por los arcos y las flechas. "No sé, pero... supongo. Salí en la tele y se pudo mostrar el deporte, varia gente quiere saber y si se activa, por mí, bien", comenta desde Arica.
En la federación planifican hacer todo de manera ordenada. "Hay que ir muy lentamente, mucha gente se desilusiona porque los mandan a competir contra tiradores con experiencia y pierden por mucho. Hay que ser muy cuidadosos", señala el timonel de la arquería.
Los tiradores federados eran 250 el año pasado y ahora la cifra llega cerca de 500. "Creció un 100%, para eso necesitamos escuelas y el próximo año nos gustaría tener unas 13 o 14. Ahora estamos escasos de técnicos, pero estamos haciendo capacitaciones de monitores en Arica, Iquique y Santiago y tenemos unos convenios por cerrar en estos días, empresas que esperamos que se queden un buen tiempo", comenta Bórquez.
Soto es hijo del Centro de Alto Rendimiento del tiro con arco de Arica, por lo que la experiencia se sabe positiva.
De hecho, este martes 25 Soto será nombrado Hijo Ilustre de Arica. El alcalde se lo dijo en el mismo aeropuerto cuando arribó a su ciudad. Hoy es una celebridad entre los tiradores y en su colegio, pero no sólo eso. "He ido poco al centro, pero cuando he ido un par de personas me han reconocido y me piden fotos. No sé si soy un ejemplo, pero demostré que si yo puedo, todos pueden, no soy un superdotado", analiza Soto, con la calma y tranquilidad que le dieron esos buenos resultados en Brasil.
Tal como se trasluce por sus palabras, la fama no se le fue a la cabeza. "Durante los Juegos hablamos mucho, de las cosas aparte de la competencia. Pero nosotros no tuvimos todo el conocimiento de lo que se decía en Chile, porque estuvimos muy concentrados", recuerda Martin Frederick, el técnico alemán de las selecciones chilenas de tiro con arco.
"Ricardo es un hombre joven con ambos pies bien conectados a la tierra", agrega Bórquez.
Y no ha parado, el fin de semana pasado Ricardo Soto batió el récord nacional que había impuesto en Río (675) en un torneo por invitación en Perú (676). Ni cerca de las emociones vividas en los Juegos Olímpicos, pero Soto llegó feliz igual. Y mejor que eso, satisfecho: "Esta vez fui mucho más constante, en Río hice 332 y 343 y en Perú, 338 y 338".
Eso lo dejó feliz, porque busca seguir mejorando. Dice que las dos metas que manifestó en Río siguen vigentes: alcanzar un título mundial, como lo hiciera Denisse van Lamoen, y tirar, al menos, hasta 2020, año de los Juegos de Tokio.
Frederick lo ratifica. "Despues de Río hablamos y me di cuenta de que fue para él una experiencia maravillosa, exitosa y, por supuesto, que reafirma su idea de participar en Tokio 2020. Y mi idea es no solo que vaya él, sino lograr clasificar un equipo. Y en ese camino hay que empezar a trabajar ahora mismo, no en 2019", comenta el germano.
Ese camino comienza en los Juegos Sudamericanos de Cochabamba 2018 y por eso el equipo pasó unos días en Arequipa, con condiciones climáticas similares, que a Soto no le gustaron nada. "Muy difícil, por la altura, el cansancio, una cancha complicada, aire seco, calor...". Fue también el reencuentro entre Soto y Frederick, quien tiene su centro de operaciones en Santiago.
Al menos el deportista ya volvió a Arica, su hábitat. En dos meses ya se puso al día en los ramos, dio las pruebas atrasadas y todas las entrevistas posibles a los medios locales. Por estos días trabaja más tranquilo. "En Río me di cuenta de que estamos haciendo bien las cosas", cierra.