Quedaba una vuelta. El brasileño Odair Santos le sacaba casi una recta a Cristián Valenzuela y su guía Raúl Moya. Pese a la diferencia, Raúl le decía al campeón que apurara. Cerca de la meta, Mauricio Valdivia, el segundo guía de Valenzuela, veía cómo Santos decaía. Entrando en los últimos 100 metros, el líder se desplomó. Moya le advirtió a Valenzuela y decidieron rematar. Valdivia no lo podía creer. La dupla chilena superó a la brasileña y consiguió el oro. Valenzuela no entendía qué pasaba. Pero Raúl y Mauricio le gritaron la noticia: era por tercera vez campeón mundial.

Tanto Moya como Valdivia son atletas. El primero es fondista y lleva seis años como el principal guía de Cristián. Valdivia se especializa en los 3.000 metros obstáculos, fue quinto en los Panamericanos de Toronto. Ambos reconocen lo especial que es colaborar en el éxito del mejor atleta paralímpico chileno de la historia. Pero asumen que los triunfos son de él."Uno sólo le dice lo que ocurre en el entorno. Igual me siento feliz y orgulloso, pero no siento como míos los logros", enfatiza Moya. Valdivia coincide: "Yo no considero que salí campeón del mundo, fue Cristián".

En 2009, Valenzuela decidió cambiar de entrenador. Ricardo Opazo pasó a manejar su entrenamiento y le designó como guía a Raúl Moya, aunque no fue hasta los Parasudamericanos de Santiago 2014 cuando pudo acompañarlo. Sus estudios universitarios y las lesiones le impidieron guiar en 2011 y 2012. El maipucino y profesor de educación física entrena en pista con Valenzuela los martes y jueves en el Nacional. El resto de la semana trotan por la ciudad.

Desde los 13 años que Raúl Moya es atleta. Primero, en el colegio Paul Harris de Padre Hurtado. Luego en el club YKA, de Érika Olivera. Su especialidad es el fondo. Sólo ha participado en un Sudamericano en Santiago y un Binacional en Argentina. Trabaja haciendo talleres de running para dos grandes empresas del país. Su intención es iniciar una carrera profesional en el atletismo. Pero la prioridad es ayudar a Cristian. Asegura que no será guía de otro atleta.

En abril, Ricardo Opazo y el atleta paralímpico, buscaban un guía veloz que lo acompañara en Toronto y en el Mundial de Doha. En eso apareció el nombre de Valdivia, atleta residente en el hotel del Centro de Alto Rendimiento (CAR), nacido en Rengo y especialista en los 3.000 metros con obstáculos. Luego de obtener el quinto lugar en Canadá, Valdivia viajó a La Habana a entrenar junto a Valenzuela y Moya. Era un proceso de adaptación, donde el guía debía aprender los tips necesarios. Ya con la plata parapanamericana en el bolsillo, el equipo de Valenzuela se preparó un mes para el Mundial de Qatar: dos semanas en Recife, Brasil y otras dos en suelo qatarí.

Con pasado de futbolista en Rengo, Valdivia asume que lo peor fue la coordinación: "En un comienzo se me iba y nos salíamos de la pista. Después en Recife tuvimos la prueba de fuego cuando salíamos a correr a la calle. Las subidas, los semáforos y las paradas nos ayudaron a coordinar. Luego todo fluyó".

Tras medio año juntos, el atleta afirma que admira a Cristián. "Para mí emocionalmente es muy importante ser partícipe de cada logro suyo. Trato de no resaltar tanto en cada triunfo, porque aquí el protagonista tiene que ser él", asegura el atleta, quien en enero iniciará su concentración en Colombia para alcanzar la marca necesaria para ir a Río.