El emprendedor y su búsqueda por la oportunidad de negocio
Curso: Emprendimiento

<b>Profesores: </b>Pablo Pastene y Roberto Bulgarini&nbsp;<br><br>En la búsqueda de una oportunidad, es clave distinguir entre Necesidades Patentes, que son ampliamente reconocidas, y Necesidades Latentes, que no resultan obvias ni para los mismos demandantes o consumidores.




Lo único permanente que existe hoy en el mundo es el cambio. Una velocidad que ha ido aumentando y por la cual los consumidores requieren satisfacer con mayor calidad sus necesidades, cada vez más crecientes y complejas. En este nuevo entorno de ciclos acelerados, las empresas nacen y mueren mucho más rápido que en el pasado.

Y es que la resistencia al cambio es un problema común en todas las personas, pero existe un pequeño grupo consciente de que el cambio es algo constante y son capaces de enfrentarlo y aprovecharlo. Nos referimos a los emprendedores. Estas personas desean cambiar o crear algo, hacerlo más sencillo, breve, fácil, corto; y por lo general logran llegar a un resultado positivo. Según el prestigioso escritor del Management, Peter Drucker, se trata de agentes de cambio: “El emprendedor siempre busca el cambio, responde a él y lo utiliza como una oportunidad”.

¿Qué es una oportunidad de negocio?

Es fundamental hacernos dos preguntas clave al momento de emprender y que están relacionadas con la búsqueda de una oportunidad de negocio: ¿En dónde hay que buscar (o investigar) las oportunidades de negocios?, y ¿cómo reconozco o determino si es realmente una buena oportunidad?

Para responder la primera pregunta, a nivel general, debemos considerar tres dimensiones:

  1. Lo obvio: la existencia de una demanda o necesidad que se pudo identificar.
  2. Lo no obvio: que va acompañada y potenciada por un requerimiento de cambio.
  3. Circunstancias favorables o que se dan en un momento adecuado para hacer algo.

Bajo esta definición podemos, en general, distinguir entre Necesidades Patentes, que son ampliamente reconocidas por todos y Necesidades Latentes, que tienen que ver con anomalías, preocupaciones o incomodidades que no resultan obvias ni para los mismos demandantes o consumidores. Sin quitarle merito a la Necesidad Patente, es en la dimensión de la Necesidad Latente donde se encuentra el terreno próspero para el gran emprendimiento.

La oportunidad de negocio requiere identificar una Necesidad con una acción de cambio a la forma tradicional de abordar el problema (sea una necesidad patente o latente) y circunstancias favorables en un determinado momento. Respecto a las circunstancias, éstas son el eje de la respuesta a la segunda pregunta.

Discriminando oportunidades

Una vez identificada la necesidad, debemos ampliar el zoom de criterios más allá del sólo entendimiento. Para ello, proponemos cuatro filtros iniciales, que se pueden ir descomponiendo en múltiples criterios. La cantidad de estos criterios a utilizar en cada filtro irá variando con su experiencia laboral y emprendedora y, por otro lado, no es un listado único y permanente, pues ustedes también pueden incorporar otros que les hagan sentido.

1° Filtro: Niveles de atractivo de la necesidad/demanda identificada: Claramente hay fuerzas o elementos en nuestra necesidad que la van potenciando, algunas podrían ser el tamaño del segmento de clientes que evidencian la necesidad, la tendencia de crecimiento de ésta, los niveles de inversión (¡simplemente los menores posibles!), o los riesgos asociados. Existen riesgos operacionales, éticos, del entorno y tantos más que puede analizar antes de emprender.

2° Filtro: Niveles de viabilidad de la solución a la necesidad: Aunque la necesidad relevante puntee bien en los criterios de atractivo, si no hay viabilidad, no estamos en condiciones de señalar que tenemos una oportunidad. Para ello deberíamos mirar, en términos generales: criterios de disponibilidad de recursos necesarios; capacidad de manejar los recursos; saber optimizar los recursos; entender la ventana de tiempo que implica la oportunidad, entre otras.

3° Filtro: Niveles de satisfacción de la solución a la necesidad: Tiene que ver con si estamos resolviendo algo solamente útil, pero no tan necesario o vital y en qué grado. Como criterio, debemos pensar en los grados de cambio positivo que obtendrá el cliente en su forma de vivir con nuestra solución.

4° Filtro: Niveles de sincronía y felicidad: Es importante pensar en si la actividad que tomará la mayoría de tu tiempo durante los próximos años te apasiona y, a la vez, está sincronizada con tu ámbito personal, pues entonces tu oportunidad obtiene más fuerza.

Para concluir, al menos tu idea de negocio debe estar fundamentada en una oportunidad que realmente implique una necesidad que requiera acciones de cambio justificados y en que las circunstancias que la rodean se den al menos los filtros de atractivo y viabilidad, mientras que los de satisfacción y sincronía, vendrán a potenciarla como oportunidad, pero en lo estricto no son condicionantes.

¿Qué características son fundamentales para el emprendimiento?

De acuerdo a distintas fuentes internacionales existe un consenso que, entre otras, se pueden identificar diez características fundamentales que poseen los emprendedores. Dentro de estas características, podemos identificar el compromiso con su emprendimiento y la iniciativa, es decir, los emprendedores deben ser capaces de lanzarse en la aventura de emprender, a veces incluso renunciando a otras cosas. Un emprendedor también debe tener resolución, pues estará constantemente expuesto a la toma de decisiones, y debe ser creativo e innovador con sus ideas; pensar, como se dice, fuera de la caja.

El optimismo y la confianza también son fundamentales, aunque el emprendedor nunca debe dejar de tener una cuota de realismo y mantener los pies en la tierra, evitando perseguir simplemente sueños. Trabajar en equipo y saber escuchar a los demás resulta también fundamental, pues la soledad no es un buen aliado y la formación de un buen equipo de trabajo es una piedra fundacional en el camino al emprendimiento exitoso. A su vez, hay que estar consciente de los imponderables y de los propios errores, para así desarrollar la tolerancia al fracaso. Los emprendedores también deben ser capaces de “ver bajo el agua”, es decir, tener una visión previa del negocio. Por último, es imprescindible apasionarse por la actividad emprendida, pues los emprendedores se entregan al proyecto con total dedicación.

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