El enoturismo, muy extendido y consolidado en países como Francia e Italia, o en el californiano valle de Napa, avanza rápidamente en España.

"Está en auge porque el vino está de moda y porque es un turismo muy emocional, experiencial", afirma Mónica Figuerola, directora general de Turismo de La Rioja, comunidad a la que el 70% de sus visitantes acuden atraídos por las excelencias de sus vinos y la cultura creada a su amparo.

Ingleses, alemanes, estadounidenses e incluso franceses, por sorprendente que parezca, fueron, según el Instituto Español de Comercio Exterior (Icex), los principales compradores de cavas, vinos tintos y blancos, y de Jerez españoles, cada día mejores y con mayor prestigio internacional.

Fue hace cuatro años cuando, al amparo del prestigio y la calidad de los vinos de Ribera del Duero, y de otros valores gastronómicos, monumentales y culturales de la zona, el Ayuntamiento de Valladolid decidió reunir esfuerzos -bodegueros, empresarios hosteleros, agencias de viajes- para convertir la ciudad y su provincia en un "referente enoturístico".

Los resultados son satisfactorios, con veinte mil visitantes más en 2008 respecto al año anterior y unos ingresos anuales de unos veinte millones de euros, destaca Mercedes Cantalapiedra. "El vino y la gastronomía -insiste- son dos de nuestros principales reclamos turísticos".

RUTAS DEL VINO
La de Ribera del Duero es, junto a las de Rioja Alta, Condado de Huelva, Ycoden-Daute-Isora, Alicante y Ribera del Guadiana, una de las seis Rutas del Vino de España pendientes de certificación por Acevin, la Asociación Española de Ciudades del Vino, que entiende la promoción de la cultura y el turismo enológico "como una herramienta complementaria para el desarrollo local".

Además de las citadas Rutas, otras trece llevan ya tiempo contribuyendo a que el viajero "descubra una España diferente" y pueda "vivir experiencias nuevas", como la visita a bodegas y viñedos, la participación en catas, la de ser testigo de una jornada de vendimia y hasta someterse a un tratamiento de vinoterapia.

Bullas, Jumilla, La Mancha, del Vino y del Brandy del Marco de Jerez, Montilla-Moriles, Navarra, Rías Baixas, Riberiro, Rioja Alavesa, Somontano, Tacoronte-Acentejo, del Vino y del Cava del Penedés y Utiel-Requena son las otras trece Rutas del Vino de España promovidas por Acevin con el apoyo de la Secretaría de Estado de Turismo y el Ministerio de Medio Ambiente y del Medio Rural y Marino. Lista que se enriquecerá en breve con otras incorporaciones.

"Adentrarse en ellas es hacerlo en un mundo de placeres y sensaciones", dicen en Acevin, cuyo presidente, José Fernando Sánchez Bódalo, alcalde de la localidad de Alcázar de San Juan, considera el turismo del vino como una "oferta complementaria" al de sol y playa, en el que España es líder mundial. "No tiene vocación de masivo, pero sí puede ser muy intenso e intensivo", comenta.

El último "Observatorio Turístico de Rutas del Vino de España", realizado entre noviembre de 2008 y enero de 2009 a instancias de Acevin, concluye que el perfil predominante de quienes se "dejan llevar" por uno de esos itinerarios corresponde a visitantes nacionales (93%) residentes en núcleos de población medio-grandes.

TURISMO
Se trata de turistas que viajan en familia o en grupo, por periodos cortos (fines de semana), con estadía en hoteles de cierta categoría (tres y cuatro estrellas) y que se organizan personalmente aprovechando las recomendaciones de amigos y familiares, con la ayuda de internet y de las oficinas de turismo en el destino. Su nivel de gasto (unos 75.500 pesos diarios) se sitúa por encima del promedio nacional y su índice de satisfacción es muy elevado.

El Penedés catalán es, con casi medio millón de visitantes en 2008, uno de los destinos con más éxito, si bien hay que tener en cuenta que en esta comarca tienen su sede tres de las bodegas españolas más visitadas: Codorniú, Freixenet y Torres. Los otros son La Rioja, Rías Baixas, Ribera del Duero y Jeréz.

Para Angels Piñol, gerente del Consorcio de Promoción Turística del Alt Penedés, esa cifra es el fruto de años de trabajo, "hemos sembrado para recoger esto", dice, si bien entiende que el auge no ha hecho más que empezar. "Nuestros cavas y vinos son la excusa para conocer este territorio, su cultura y paisajes", destaca. "Creemos en el enoturismo", insiste.

El mismo convencimiento tienen en Andalucía. "La cultura del vino añade un plus de calidad a nuestra oferta turística", comenta Antonio Muñoz Martínez, director general de Planificación y Ordenación Turística de la Junta. "Hay que mimar -dice- el turismo del vino", y convencer a los grandes operadores turísticos sobre las oportunidades de negocio "claro" que existe.

"Es el eje fundamental de la actividad turística riojana", asegura Mónica Figuerola, directora general de Turismo de una Comunidad que considera al vino como "un complemento ideal de otros grandes productos como la naturaleza, la historia, el arte, la gastronomía....Es un gancho importantísimo".