A las 11.28 de ayer, un helicóptero de la PDI aterrizó sobre el aeródromo Las Misiones de Cañete. Abordo del Eurocopter AS 350 viajaban cuatro oficiales, quienes formaban parte del amplio operativo desplegado para resguardar a uno de los principales líderes de la Coordinadora Arauco Malleco (CAM) y quien, menos de 24 horas antes, había cometido un error.
Hacía tres meses que Héctor Llaitul no veía a su mujer Pamela Pezoa y a sus tres hijos (el menor tiene cinco años). Reunirse con ellos fue lo que llevó al líder mapuche, buscado por su presunta autoría en el ataque al fiscal Mario Elgueta, a dejar sus escondites y viajar hacia un lugar vigilado por la PDI: la casa de su madre en Rahue Bajo de Osorno, donde lo encontraron el miércoles por la tarde, sin armas.
Según su mujer, Llaitul fue escoltado por 11 automóviles blindados y más de 30 efectivos hasta el Juzgado de Garantía de Cañete, donde se le imputaron cuatro delitos: robo con intimidación; asociación ilícita terrorista; asociación ilícita para delitos contra la propiedad (por robo de madera) y el ataque al fiscal Elgueta, en octubre de 2008, por el que fue declarado prófugo el 11 de abril. En la audiencia Llaitul rechazó al defensor público por ser parte del Estado (lo que no fue aceptado por el tribunal) y alegó que el ataque al fiscal fue un "enfrentamiento".
Tras la formalización por la fiscal regional Ximena Hassi y el fiscal Andrés Cruz, quienes se basaron en los testimonios de cinco testigos protegidos, Llaitul fue trasladado a la cárcel El Manzano de Concepción.
La vocera de gobierno, Carolina Tohá, sostuvo que, tras la detención, el "caso va a tener muchas más posibilidades de aclararse".
EL SEGUIMIENTO
La historia reciente de Llaitul comienza en junio de 2008, cuando el Tribunal Oral en lo Penal de Temuco lo declara inocente, por falta de pruebas, por la quema de maquinaria de la forestal Mininco en 2006.
Luego, el 16 de octubre se produjo el ataque al fiscal que investiga el tema mapuche, lo que dio inicio a una investigación a gran escala del hecho.
En noviembre, cuando aún no era declarado prófugo, Llaitul fue visto en varias universidades, apariciones que ayer Hassi calificó de "adoctrinamiento (...) a jóvenes universitarios para llevarlos a la causa".
Luego habría permanecido, con ayuda de una red de protección, en distintas casas de las regiones VIII, IX y X, la última en la costa. Según fuentes de la PDI, su búsqueda se concentró en Santiago, Concepción, Tirúa, Angol y Osorno, donde fue ubicado hace una semana. Añaden que se esperó a que estuviera a punto de reunirse con sus familiares para detenerlo, ya que se calculó que no querría someterlos a un episodio violento. Llaitul, de hecho, no se resistió.
CINCO TESTIGOS
En su exposición, el fiscal Cruz sostuvo que un peritaje telefónico permitió establecer que Llaitul efectuó un llamado a la 1.31 del 16 de octubre, que lo "ubica en el lugar donde se perpetró el hecho punible".
También menciona a cinco testigos reservados, uno de los cuales menciona que él era "el líder" y otro que "el mismo llevaba las armas, que las distribuyó, determinó cuál era el ataque y a quién había que atacar".
Luego añade que "se comunicaba con un sujeto que le comunicaba donde estaba el fiscal".