Las principales autoridades del Reino Unido celebraron el martes los 75 años del triunfo en la llamada Batalla de Inglaterra, en medio de la Segunda Guerra Mundial. Todo un ícono de la resistencia y tenacidad inglesa ante la superioridad bélica del régimen de Adolfo Hitler.

En medio de este capítulo de la II Guerra, conocido como el mayor conflicto aéreo de la historia, hubo un hito que marcó el devenir de la lucha aérea sobre el Reino Unido.

Con Francia rendida y la mayor parte de Europa continental “asegurada”, el Tercer Reicht dirigió sus ojos al Reino Unido. La idea de Hitler era invadir Gran Bretaña y “anular” el frente occidental antes de abrir el flanco soviético. Para eso, encargó la misión de destruir la Real Fuerza Aérea (RAF) antes de iniciar el ataca de infantería. Los nazis, partiendo por Hitler, creían que controlando el poder aéreo, el triunfo de la Wehrmacht estaba asegurado.

La tarea fue encargada a Hermann Göring, jefe supremo de la Luftwaffe, quien prometió destruir en breve plazo la RAF.

Más allá de que Göring era un adicto a la morfina y su juicio no era muy lúcido a esa altura, su seguridad se basaba en el buen funcionamiento que había mostrado la Luftwaffe y la inmensa superioridad numérica que mostraba la aviación nazi, ante una débil RAF.

El error

En julio de 1940, los pilotos nazis empezaron a atacar embarcaciones en el Canal de Mancha, y el 15 de agosto, comenzó el ataque de la isla principal. La orden de Hitler era tajante: sólo puntos claves, fábricas de armamento, hangares, aeropuertos, etc. La estrategia funcionaba bien y las pérdidas del Reino Unido iban en aumento exponencial. Hasta que llegó el 24 de agosto, cuando un grupo de aviones nazis se equivocaron y bombardearon Londres.

Hitler había solicitado expresamente no atacar ciudades ni civiles, pues esperaba poder negociar un acuerdo con el gobierno británico para consolidar  sus conquistas continental y concentrarse en la Unión Soviética.

El Tercer Reicht se apresuró a disculparse formalmente por el error, pero la administración Churchill utilizó esto para fortalecer su posición y la necesidad de no dar tregua al régimen nazi.

Bombardeo a Berlín

Al día siguiente, el 25 de agosto de 1940, la RAF bombardeó por primera vez Berlín. Fue un ataque más efectista que efectivo, pero su impacto fue importante. Al interior del Reino Unido fue una señal potente, pues pese a los ataques y bombardeo diarios de los nazis, la Real Fuerza Aérea seguía viva y con capacidad de responder. Para Alemania, en tanto, fue una afrenta, pues el ataque llegó en medio de una visita del canciller soviético Viacheslav Mólotov. La ideal del gobierno nazi era transmitirle a la URSS que ya tenían a todos los países de Europa occidental controlados y que la situación era de orden. Algo que no fue percibido así, dado que el canciller soviético terminó en un búnker ante la presencia de los aviones a británicos atacando la capital alemana.

Reacción de Hitler

Tal fue la furia del dictador nazi por este primer ataque a Berlín, que ordenó el Blitz, un plan masivo de bombardeos a las principales ciudades del Reino Unido, que se extendió entre septiembre de 1940 y mayo de 1941. Los ataques fueron todos los días sin discriminar zonas militares de civiles. Cerca de 50 mil muertos dejaron las arremetidas de la Luftwaffe. Pese los daños y al efecto sicológico de los bombardeos, los ingleses no se doblegaron y resistieron.

A la postre, el llamada batalla de Gran Bretaña fue un fracaso para Göring, el primero importante para los nazis en medio de la Segunda Guerra Mundial.