El escándalo de seguridad alimentaria que ha estallado en China en torno a la Compañía Alimentaria Husi de Shanghái, un proveedor cárnico de varias cadenas de comida rápida, afecta ya a franquicias como McDonalds, KFC, Pizza Hut, Starbucks, Burger King y la china Dicos, y ha llegado a Japón.

Todas estas firmas se han visto arrastradas por la supuesta venta de carne podrida por parte de Husi, cuyas instalaciones han sido cerradas por las autoridades para ser investigadas, y han comenzado a retirar productos de sus tiendas por todo el país asiático.

En el caso de McDonalds, la firma también está retirando alimentos en Japón, ya que, según estima, cerca del 20 por ciento de sus trozos de pollo empanados "McNuggets" comercializados en el país proceden también de Husi.

Husi fue acusada el pasado domingo, en un programa de la televisión local shanghainesa Dragon TV, de difusión nacional, de vender carne en mal estado, tras haber estado falsificando sistemáticamente la fecha de caducidad de parte de la carne que vendía a estas cadenas, que también suspendieron sus compras a Husi.

Las autoridades locales, que sólo fueron autorizadas a entrar en la fábrica sospechosa el domingo por la noche, tras llamar a la policía para que se les permitiera el paso, la cerraron entonces y están investigando el caso, según dijo a Efe un funcionario de la Administración de Alimentos y Medicamentos del Gobierno shanghainés.

El equivalente nacional de ese organismo publicó además hoy un comunicado adicional para confirmar que examinará también las instalaciones de Husi en otras cinco provincias, y que cualquier violación será "castigada con severidad". 

En las últimas horas Dragon TV ha emitido también parte del interrogatorio entre los investigadores oficiales y un directivo de control de calidad de Husi.

El directivo confiesa ante las cámaras que ejecutivos de la firma "de nivel superior al director de la fábrica" autorizaron hace tiempo al personal a utilizar "partes cárnicas caducadas", lo que se ha estado haciendo "durante años". 

Aunque dijo no recordar desde cuándo se mantenía esta práctica, admitió que "la política de nuestra empresa nos permite añadir materias primas caducadas para producir hamburguesas de ternera".

El reportaje de Dragon TV, hecho con cámara oculta y periodistas infiltrados, muestra también que algo similar se hacía igualmente con los llamados "McNuggets" de McDonalds y con productos similares que Husi vendía a otras marcas.

La televisión estatal shanghainesa mostró cómo el personal de la fábrica utilizaba conscientemente carne de pollo que llevaba cerca de medio mes caducada, dentro de una partida de 18 toneladas de carne que, en parte, estaba fuera de fecha.

"Las partes caducadas fueron enviadas a la línea de producción, aplastadas y emulsificadas por grandes máquinas", y después esas "pieles y pechugas" de pollo "fueron recubiertas con tres capas de extracto de albaricoque y fritas en aceite a 200 grados centígrados", explicó el locutor del reportaje. 

"Así es como se fabrican". Y añadió: "Tienen buen aspecto, y no se puede deducir su forma original".

Dragon TV mostró asimismo cómo el personal recogía carne caída al suelo y la arrojaba a la maquinaria procesadora, y cómo los trozos de pollo descartados por los controles rutinarios de las autoridades eran reprocesados una y otra vez hasta que superaban el control. 

Las multinacionales mencionadas se han disculpado ya con distintos comunicados públicos en las últimas horas, así como la matriz de Husi, el Grupo OSI, un conglomerado de procesamiento alimentario con sede en Aurora (Illinois, EEUU).

OSI además manifestó que sus ejecutivos están conmocionados por la noticia, y que están actuando "de manera directa y rápida", con un equipo de investigación propio que está "cooperando totalmente" con las autoridades chinas.

"La gestión de nuestra compañía cree que este es un evento aislado, pero asume la total responsabilidad por la situación y tomará las medidas apropiadas de manera rápida y exhaustiva", añadió el texto.

"Tenemos tolerancia cero para cualquier acción que ponga en riesgo la seguridad alimentaria", sentenció.

Su filial, Husi, procesa unas 25.000 toneladas de alimentos anuales.

La inseguridad alimentaria es uno de los graves problemas que afecta a China, donde las irregularidades de este tipo se acumulan mientras crece la preocupación de la sociedad, cansada de no encontrar alimentos seguros desde los más básicos como la leche hasta ahora los de restaurantes extranjeros.

Un caso similar afectó a en 2012 a KFC en Shanghái, que estuvo vendiendo a sabiendas carne de pollo con excesivos niveles de antibióticos durante dos años.